Bodas por la Iglesia: ¿Sacramento o pantomima?
Catecismo de la Iglesia Católica:
1623 Según la tradición latina, los esposos, como ministros de la gracia de Cristo, manifestando su consentimiento ante la Iglesia, se confieren mutuamente el sacramento del Matrimonio. En las tradiciones de las Iglesias orientales, los sacerdotes -Obispos o presbíteros- son testigos del recíproco consentimiento expresado por los esposos (cf. CCEO, can. 817), pero también su bendición es necesaria para la validez del sacramento (cf CCEO, can. 828).
Monseñor José Bonet Alcón, presidente del Tribunal Eclesiástico Nacional, hablando sobre las causas de nulidad matrimonial, ha dicho que se observa un aumento de las situaciones en que uno o los dos contrayentes no son plenamente conscientes de las responsabilidades que implica el matrimonio. A mí no me cabe la duda de que es imposible que no sea así, dada la bajísima tasa de práctica religiosa entre los católicos que están en edad casadera. Quien no vive ni practica la fe, ¿cómo va a ser un ministro válido para el sacramento del matrimonio? Si para que el sacramento del matrimonio sea válido, los dos contrayentes deben saber exactamente en qué consiste dicho sacramento y qué es lo que implica, ¿cuántos de los matrimonios que se celebran hoy en día son válidos? ¿la mayoría, la mitad, una cuarta parte?