Ambrosio y Lorena
Antes que nada quiero aclarar que ni soy lo que se conoce como creacionista, ni creo que todas las teorías sobre le evolución sean incompatibles con la fe cristiana. Pero como de vez en cuando me gusta ser políticamente incorrecto y acaba de ser San Valentín, he acá la historia de dos ratoncitos enamorados:
Érase una vez un ratoncito llamado Ambrosio al que por razones de comodidad y de supervivencia, le interesaba volar para que escapar en caso de que un depredador mayor que él quisiera comérselo. Como quiera que el pobre Ambrosio había nacido sin alas decidió buscarse una novia, llamada Lorena, a quien de sus costado le salían unas protuberancias. El bueno de Ambrosio pensó:
¡¡Uy!! Si me caso con Lorena entonces mis hijitos tendrán sus protuberancias y quizás en un futuro encuentren a otras Lorenas con protuberancias mayores y mejor desarrolladas y poco a poco, tras decenas de miles de Ambrosios y Lorenas conseguiremos que esas protuberancias se conviertan en alas que nos permitan volar y escaparnos de esa panda de asesinos que son los gatos salvajes.
Entonces se acerco a Lorena y le contó su bonita idea pero esta le dijo:
- Un momento Ambrosio, ¿y qué van hacer nuestros hijos y nuestros nietos con esas protuberancias antes de que les sirvan para volar? ¿no te das cuenta de que hasta que no sirvan para volar son un estorbo en nuestras carreras huyendo de los gatos asesinos?.