El Verbo se hizo carne
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.
Feliz Navidad a todos los lectores de Infocatólica. Que el Señor nazca cada día en vuestros corazones. Y que su Madre nos ayude a entregarle nuestras vidas.
InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Mártires
24.12.24
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.
Feliz Navidad a todos los lectores de Infocatólica. Que el Señor nazca cada día en vuestros corazones. Y que su Madre nos ayude a entregarle nuestras vidas.
22.09.18
Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los degollados por causa de la Palabra de Dios y del testimonio que mantenían. Y gritaban con voz potente: «¿Hasta cuándo, Dueño santo y veraz, vas a estar sin hacer justicia y sin vengar nuestra sangre de los habitantes de la tierra?».
Ap 6,9
Y gritó con fuerte voz: «Cayó, cayó la gran Babilonia. Y se ha convertido en morada de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo, en guarida de todo pájaro inmundo y abominable; porque del vino del furor de su prostitución han bebido todas las naciones, los reyes de la tierra fornicaron con ella, y los mercaderes de la tierra se enriquecieron con el poder de su opulencia». Y oí otra voz del cielo que decía: «Pueblo mío, salid de ella, para que no os hagáis cómplices de sus pecados y para que no os alcancen sus plagas; porque sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus crímenes».
Ap 18,2-5
¡Ah! ¡Qué solitaria yace la Ciudad tan populosa! Quedó como una viuda, la grande entre las naciones. La princesa de las regiones ésta sometida a servidumbre. Llora y llora por la noche, lágrimas por sus mejillas.
Lam 1,1-2
Levántate, oh Dios, defiende tu causa.
Salm 74,22
¡Señor, sálvanos, que perecemos!
Mt 8,25
Luis Fernando Pérez Bustamante
18.01.18
Tras una persecución brutal en el primer siglo y medio del cristianismo, el Imperio romano decidió dejar a los cristianos en paz durante largos años. Pero eso cambió en el año 249, cuando el emperador Decio llegó al poder. En enero del año siguiente, 250, publicó el siguiente decreto:
Se requiere a todos los habitantes del imperio para que hagan sacrificios ante los magistrados de su comunidad «por la seguridad del imperio» en un día determinado (la fecha variaría en cada lugar y la orden pudo haber sido que el sacrificio tenía que estar consumado dentro de un específico período después de que la comunidad recibiera el edicto). Cuando hagan el sacrificio podrán obtener un certificado (libellus) documentando el hecho de que han cumplido la orden.
Ni que decir tiene que la ceremoncia sacrificial que se pedía era de naturaleza pagana. La reacción de los cristianos, a diferencia de en los dos siglos anteriores, donde prácticamente todos prefiriendo sufrir el martirio a renegar de Cristo, fue muy variada. Hubo muchos que se negaron a obedecer al emperador, lo que les llevó a entregar su sangre por el Señor. Entre ellos, el papa San Fabián. Pero otros apostataron de diversas maneras. Concretamente estas:
No era la primera vez que el pueblo de Dios se enfrentaba a la elección entre la fidelidad al Señor o a los gobernantes de turno. Como bien relata el I Libro de los Macabeos, Antioco Epífanes…
… envió decretos a Jerusalén y a las ciudades de Judá para que vivieran conforme a tradiciones extrañas a las del país. que se prohibiera hacer holocaustos, sacrificios y libaciones en el Santuario; que profanaran los sábados y los días de fiesta; que el Santuario y los objetos sagrados fueran contaminados; que levantaran altares, templos e ídolos; que hicieran sacrificios de cerdos y animales impuros; que no circuncidaran a sus hijos y que hicieran sus almas abominables con toda clase de inmundicia y profanación; así se olvidarían de la Ley y cambiarían todas sus buenas costumbres.
El que no cumpliera la orden del rey sería condenado a muerte. Redactó un decreto para todo su reino en estos términos y nombró inspectores para todo el pueblo. Además obligó a las ciudades de Judá, una por una, a que ofrecieran sacrificios.
1 Mac 1,44-51
Muchos judíos apostataron pero a su vez:
…muchos en Israel se mantuvieron firmes y se llenaron de valor para no comer alimentos impuros. Prefirieron morir antes que mancharse con la comida o profanar la alianza santa. Y, en efecto, murieron y fue muy grande la ira que se desencadenó sobre Israel.
1 Mac 1,62-64
Es una constante que cada cierto tiempo los hijos de Dios tienen que enfrentarse a elegir por gracia el martirio o caer en la apostasía, aceptando algo que va en contra de la fidelidad al Señor. Lo vimos el siglo pasado con la persecución a los cristeros en México y a los católicos españoles durante la II República y la Guerra Civil, y lo vemos hoy en China, la India, Oriente Medio, África, etc.
19.11.17
Siendo consciente de la advertencia de San Pedro sobre la enseñanzas de San Pablo en 2ª P 3,15-16, y rogando al Señor que me ayude, me atrevo a escribir estas líneas:
Vosotros, en otro tiempo, estabais también alejados y erais enemigos por vuestros pensamientos y malas acciones; ahora en cambio, por la muerte que Cristo sufrió en su cuerpo de carne, habéis sido reconciliados para ser admitidos a su presencia santos, sin mancha y sin reproche, a condición de que permanezcáis cimentados y estables en la fe, e inamovibles en la esperanza del Evangelio que habéis escuchado: el mismo que se proclama en la creación entera bajo el cielo, del que yo, Pablo, he llegado a ser servidor.
Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros: así completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios me ha nombrado servidor, conforme al encargo que me ha sido encomendado en orden a vosotros: llevar a plenitud la palabra de Dios.
Col 1,22-25
Gran misterio el que apunta San Pablo. No el de que éramos enemigos de Dios por nuestros pecados y el Señor sufrió para que fuéramos reconciliados, siempre que nos mantengamos firmes en la fe. No, el misterio está en lo que añade a continuación. Sus sufrimientos completan lo que falta a los padecimientos de Cristo, para llevar a la plenitud la palabra de Dios.
Mas, ¿qué es la Iglesia sino la plenitud de Cristo?
Ella es su cuerpo, plenitud del que llena todo en todos.
Efesios 1,23
Siendo que Cristo padeció, la Iglesia ha de padecer. Y no solo de parte del mundo, sino incluso por la traición desde dentro. Si hubo un Judas que vendió a Cristo por treinta monedas de plata, hoy hay muchos Judas que venden a la Iglesia para obtener el beneplácito y el aplauso del mundo. Ignoran ellos, necios, que el mundo no les amará sino que les tratará con el mismo desprecio que trataron a Judas cuando se dio cuenta del alcance de su traición.
28.11.16
Prácticamente todo el mundo sabe, incluso los no creyentes, cómo fue la conversión de San Pablo. Aparece en el libro de Hechos:
Saulo, respirando todavía amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a traerse encadenados a Jerusalén a los que descubriese que pertenecían al Camino, hombres y mujeres.
Mientras caminaba, cuando ya estaba cerca de Damasco, de repente una luz celestial lo envolvió con su resplandor.
Cayó a tierra y oyó una voz que le decía:«Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?».
Dijo él: «¿Quién eres, Señor?».
Respondió: «Soy Jesús, a quien tú persigues.
Hech 9,1-4
De ese relato hay un aspecto que debemos tener muy en cuenta. Quien persigue a los cristianos, persigue al mismo Cristo. El propio Señor lo deja muy claro. San Pablo estaba en plena campaña de acoso, derribo y aniquilación contra los discípulos. Y era bastante existoso. Cuando Cristo le tira al suelo, le dice que es a Él a quien está persiguiendo. Y el mismo Dios que permitió que Saulo persiguiera a su Iglesia le convirtió, por su gracia, en su apóstol más fructífero.
Lo que vemos hoy en muchas partes del mundo, allá donde los cristianos son maltratados, secuestrados, encarcelados, torturados y asesinados, es exactamente lo mismo. Son la gloria de la Iglesia estén donde estén. No hay nada más precioso a los ojos de Dios que nuestros mártires y confesores.
La dictadura comunista china está llenando el cielo de hijos de Dios que han pasado toda una vida siendo fieles a Cristo en medio de la persecución. Y no sólo a Cristo sino a su Vicario. Obispos, sacerdotes y seglares han preferido afrontar la cárcel antes que unirse a la “Iglesia” patriótica que controla y maneja la dictadura comunista.
Es por ello que esos cristianos ven con espanto la posibilidad de que desde Roma, precisamente la sede del Vicario de Cristo, se quiera pactar con sus perseguidores. Lo ven, con razón, como una traición. Esperemos que la misma no se produzca. Los argumentos a favor del pacto/traición son siempre atrayentes. Nos los quieren vender como algo positivo, como algo que ayudará al crecimiento de la Iglesia en el gigante asiático.
Seglar, viudo, padre de tres hijos y abuelo de un nieto. Dedicado durante años a la apologética católica en foros, chats y blogs de internet, en la actualidad es Redactor Jefe de InfoCatólica. Los artículos de este blog pueden ser reproducidos citando la fuente, salvo prohibición expresa del autor.