Análisis del resultado electoral en España
Desde Ahorainformación, el periódico digital de la Comunión Tradicionalista Carlista se me invitó a hacer una valoración del resultado de las elecciones generales de ayer en España. Esta ha sido mi respuesta:
¿Qué valoración hace del resultado de estas elecciones?
Es imposible, literalmente imposible, que salga un buen resultado en las urnas de una sociedad descristianizada, y por tanto apóstata, como la española. Y quien piense lo contrario, no conoce la naturaleza humana.
España lleva siendo adoctrinada en la perversión desde hace mucho tiempo. Toda ley tiene un componente pedagógico que forma conciencias. Y en este país pasamos de tener leyes conformes a la ley natural y la ley divina a leyes absolutamente inicuas. La España católica que se resistió a ser aniquilada en 1936, se entregó, con la complicidad de gran parte de la Iglesia, en manos de la democracia liberal, que ha demostrado ser un instrumento eficaz de iniquidad y de apostasía. Y llevamos tiempo recogiendo los frutos. Estas elecciones son un fruto más de ese árbol del mal que se plantó en 1978.
¿Cree que va a cambiar algo en la política española a partir de hoy?
No demasiado. La derecha liberal (PP+VOX) está en sus horas más bajas, con apenas el 25% de los votos. La izquierda es incapaz de lograr la mayoría absoluta, con lo cual solo queda la alternativa de que acepten el apoyo de los separatistas, lo cual sabemos lo que significa. La alternativa de un gobierno PSOE+Ciudadanos parece poco probable, aunque quizás pudiera darse después de las próximas elecciones autonómicas y municipales. En todo caso, da igual. Para los próximos cuatro años nos espera más ideología de género y memoria histórica izquierdosa (se aniquilará la verdedera historia de España), eutanasia, aplastamiento de la educación concertada y fin de la asignatura de religión y, salvo acuerdo PSOE+Ciudadanos, indulto a secesionistas y principio del fin de la unidad de España. Unidad que empezó a resquebrajarse cuando se renunció la unidad católica de la nación.
Toca ser testigos de la España que fue fiel a Cristo. Y rogar a Dios que la sangre de los mártires vuelva a dar fruto antes de que nuestra patria desaparezca por el sumidero de la historia.