Traje de baño
En los pretéritos tiempos de cordura, las nietas hacíamos caso a nuestras abuelas (casi siempre) y no arriesgábamos el pellejo bañándonos antes de que la Virgen (la de julio, la del Carmen, claro) bendijera en procesión nuestras playas. Ni después de que la Virgen (la de octubre, la del Pilar, obviamente) indicara que ni un baño más y ¡a estudiar!
Ah, y ¿qué decir del traje de baño? ¡Cuánto disfrutábamos discutiendo sobre el asunto! Que si el escote, que si el color, que si el tejido, que si el largo, que si dar ejemplo a las hermanas, que si los chicos y los hombres…
Por eso me ha hecho mucha gracia esta amable chica que explica científicamente algo de lo que la abuela, mamá y yo sabíamos, aunque no tuviéramos tantos estudios pero sí algo asimilados los mandamientos y las bienaventuranzas… y algo de sentido común.
Ah, y si quieren más doctrina sobre el asunto, acudan al elogio del pudor, no quedarán defraudados.