27.03.23

Fernández Riquelme analiza su libro Distributismo. La economía social de Chesterton

Sergio Fernández Riquelme, profesor de Universidad, es historiador y doctor en sociología es autor de más de treinta libros y más de cien artículos científicos y divulgativos. Colaborador en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales, también es director de La Razón histórica. Revista hispanoamericana de Historia de las Ideas.

¿Por qué una obra sobre el Distributismo y la Economía Social según Chesterton?

Porque ante los crecientes debates sobre el camino sostenible y solidario que debe encontrar el actual sistema económico, nada mejor que poner en valor una de las primeras doctrinas que hablaba de parar el motor o de retroceder sin miedo, de vivir con menos o de compartir un poco más, de respetar la naturaleza medioambiental y la naturaleza humana. Y frente a los “parches” en los que se convierten la mayoría de las propuestas bajo la etiqueta ecológica, para que dicho sistema no frene o no pierda dinero, el Distributismo pone a cada uno en su sitio: si hay que hacer algo valioso, hay que hacerlo a toda costa, y si se quiere un mundo más justo y más limpio, hay que vivir con muchas menos cosas materiales y con muchas más cosas inmateriales (espiritual, familiar y fraternalmente hablando).

¿Cómo se podría definir el Distributismo?

Una muy pequeña doctrina socioeconómica para una muy pequeña vida normal. Surgida, a contracorriente en la cuna industrial y liberal, Gran Bretaña. Hablaba de pequeñas comunidades de pequeños propietarios por todo un país, frente a los enormes gigantes del momento: el capitalismo y el estatismo. Y la plantearon, sin apoyos y sin miedo, un pequeño grupo de valientes cristianos (la mayoría católicos conversos) de manera más fiel a la Doctrina Social Católica en territorio enemigo, frente a los inmensos poderes locales (anglicanos, plutocráticos, financieros), hablando, a veces de manera ucrónica, de un pasado gremial, artesanal y familiar que a su juicio nunca moriría. Como decía Chesterton, vivir con “tres acres y una vaca”.

¿Qué documentos de la Doctrina Social de la Iglesia avalan este sistema económico?

Los distributistas siguieron, casi a rajatabla, las Encíclicas Rerum Novarum del Papa León XIII (1891) y Quadragesimo Anno del Papa Pio XI (1931); pero en muchos escritos de Chesterton o de la Liga Distributista se muestra la influencia de textos más “políticos”, en su crítica a los fundamentos de liberales y socialistas, como Quanta Cura de Pio IX o Graves de Communi Re del mismo León XIII.

¿Por qué es importante su carácter antiliberal y antisocialista?

Por hablar del ser humano frente al mero cliente y al simple contribuyente, ante el poder del dinero y el sueño de la revolución, y frente a los derechos de unos pocos y la miseria de las mayorías. Su importancia radica en su discurso a contracorriente, ayer y hoy: libertad con responsabilidad, con límites espirituales y morales superiores, e igualdad con propiedad, con familias y productores con capacidad de autogestionarse. Un desafío que le llevó a la marginalidad en su tiempo, pero que ha perdurado por la autenticidad del mismo.

Leer más... »

26.03.23

Cuaresma, tiempo de penitencia y conversión para preparar la Semana Santa. Por el P. González Alfaya

Esta entrevista la grabamos justo al inicio de la Cuaresma, pero por razones técnicas y el cierre provisional del canal no hemos podido emitirla hasta ahora.

El P. José Manuel González Alfaya, sacerdote diocesano de Toledo, profundiza en aspectos (ascéticos, litúrgicos…) relacionados con la Cuaresma como preparación a la Semana Santa y a la solemnidad más importante para el católico: la Pascua de Resurrección.

25.03.23

24.03.23

M. Ángel Quintana Paz analiza en profundidad las ciudades de 15 minutos y qué hay realmente detrás

Miguel Ángel Quintana Paz es licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Salamanca, donde tras disfrutar en el curso 1995-96 de una beca de colaboración del Gobierno Vasco, alcanzó en 1996 el Premio Nacional de Terminación de Estudios en Filosofía. También en la Universidad de Salamanca realizó sus estudios de postgrado, gracias a la beca de Formación de Personal Investigador de esa Universidad (1997-2001) y a una beca doctoral de la Fundación Caja Madrid (2001), con las que logró el entonces llamado «Título de suficiencia investigadora» (equivalente a los títulos de máster actuales) tanto en el entonces denominado Departamento de Filosofía y Lógica y Filosofía de la Ciencia como en el Departamento de Historia del Derecho y Filosofía Jurídica, Moral y Política.

Se doctoró en 2002 en Filosofía por la Universidad de Salamanca, y obtuvo el Premio Extraordinario de Doctorado de ese año gracias a su tesis doctoral Normatidad, interpretación y praxis: Wittgenstein en un giro hermenéutico nihilista. Es profesor y director académico en el Instituto Superior de Sociología, Economía y Política desde 2021. Ha sido profesor agregado en la Universidad Europea Miguel de Cervantes entre 2007 y 2021; y profesor adjunto en la misma entre 2006 y 2007. Fue profesor adjunto en la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca entre 2004 y 2006.

Autor de numerosos libros y publicaciones es asiduo en los medios de comunicación como brillante contertulio. En esta entrevista analiza un tema cada vez más actual como las ciudades de 15 minutos y nos advierte de sus peligros y de su maldad intrínseca.

¿Qué son las ciudades de 15 minutos? ¿Cuál es el gran engaño que encierran, tras la apariencia de mejorar la calidad de vida?

Como toda propuesta del mercado político, las «ciudades de 15 minutos» son ante todo un eslogan bien sonante. ¿Quién va a negarse a tener a solo 15 minutitos de casa todo lo que necesita para su día a día? Ahora bien, como toda propuesta política de nuestras élites mundiales, este eslogan esconde una realidad menos benévola para la mayoría de nosotros. Porque lo que en realidad se está proponiendo es dificultar al máximo el transporte de un lado a otro de las grandes ciudades: alguien ha decidido que los vecinos normales y corrientes contaminamos demasiado por esa manía que tenemos de desplazarnos libremente. Primero nos subieron el coste del combustible para la calefacción, luego los viajes en avión, y ahora van a por nuestros desplazamientos cotidianos.

Por ello, las ciudades de 15 minutos en realidad deberían llamarse las ciudades de solo 15 minutos. Es decir, ciudades donde si quieres moverte fuera de tu barrio o ir más allá del perímetro que puedas hacer caminando, arrostres serias dificultades. Por ejemplo, si quieres llevar a tus hijos a un colegio que refleje tu ideario (y que quizá quede algo lejos de casa), el proyecto es que tengas que hacerlo solo en bicicleta o transporte público, pues en el momento en que quieras usar cualquier otro medio (un coche, por ejemplo, que es lo más cómodo si tienes familia numerosa) se te penalizaría con tasas especiales. O directamente se te prohibirá usarlo más de seis o siete veces al mes.

¿Hasta qué punto serían graves las restricciones a la libre circulación? ¿Podríamos decir que quedaríamos encerrados por tanto en una especie de ratoneras?

El intento más cercano que tenemos de imponer estas «ciudades de solo 15 minutos» es el de Oxford, que ha cosechado hace poco tal protesta por parte de sus vecinos que logró acceder a la prensa internacional. Su plan incluye cerrar numerosas calles al tráfico de los no residentes, implantar filtros para que por algunas calzadas solo puedas pasar unas pocas veces al año, limitar también las horas en que se puede circular por ciertas vías. Todo un enmarañado conjunto de normas que, para empezar, será difícil de recordar por el ciudadano corriente y, por tanto, le acarreará inevitables infracciones por descuido, con el consiguiente incremento suculento de ingresos por multas para los ayuntamientos.

Leer más... »

23.03.23

Rafael Nieto: “En España más del 85% de los niños con Síndrome de Down son abortados”

Rafael Nieto es Doctor en Periodismo por la Universidad San Pablo CEU de Madrid. Tiene más de 20 años de experiencia profesional, sobre todo en radio. Autor de varios libros, el último de ellos «Autopsia al periodismo». En esta ocasión analiza con motivo del Día Mundial de las personas con Síndrome de Down, celebrado recientemente, las razones por las que son muchas veces rechazados en esta sociedad hedonista, tanto es así que se les priva de nacer en la mayoría de los casos.

Recientemente se celebraba el Día Mundial de las personas con Síndrome de Down, un día que suele pasar muy desapercibido. ¿Por qué no hay apenas gente que defienda sus derechos y celebre este día?

En primer lugar, porque la sociedad actual es tremendamente egoísta, al contrario de lo que pregonan sus aduladores profesionales. Lo que no le toca directamente, no le interesa. Es un problema “de otros", no suyo. En segundo lugar, porque al faltar la presencia de Dios en la vida pública, falta también la conciencia de la dignidad del otro. Y si no son capaces de ver la dignidad de nadie, mucho menos la van a ver en una persona discapacitada. Cuando el hombre pierde de vista a Dios, al siguiente que pierde de vista es al prójimo.

Quizá el doctor Jérôme Lejeune fue uno de los mayores defensores que han tenido estas personas…

Sin duda. Lejeune es un gigante de la medicina, pero sobre todo de la humanidad. De saber entender la ciencia a la luz de Dios, lo que conduce a poner en práctica de verdad el juramento hipocrático, no como una simple declaración de intenciones teórica, sino como una vivencia práctica. Gracias a Dios, cada día tenemos a Lejeune más cerca de los altares.

Usted afirmaba en un reciente artículo que en España más del 85% de los niños con Síndrome de Down no llegan a nacer porque son abortados…¿Hasta que punto es grave este genocidio silencioso?

Pues es grave en la medida en que refleja ese egoísmo del que hablaba en mi artículo de NTV España. Cuando se asesina a un niño no nacido, la culpa es la misma que si hubiese nacido ya. Es una persona. Eliminar esa vida, aparte de cruel y terrible, es profundamente cobarde porque para que tú puedas vivir mejor (más cómodo y tranquilo) has tenido que matar a otro. Sé que estas palabras son duras, y que pueden provocar reacciones en contra, pero si callase esta verdad evidente, yo también estaría contribuyendo a perpetuar este problema.

Leer más... »