En una primera entrega estudiábamos la evidencia histórica del primado en los primeros siglos de la cristiandad, en una segunda analizamos lo escrito de estos temas de San Agustín de Hipona y San Cipriano de Cártago. En esta será San Hilario de Poitiers el centro de nuestra atención.
San Hilario nació Poitiers, Francia, a principios del siglo IV, fue bautizado en el 345 y elegido obispo de Poitiers el año 350.
Objeciones protestantes
Al igual que San Agustín, es citado por protestantes debido a que interpretan su interpretación de Mateo 16,18, donde habla de la confesión de fe de Pedro como la piedra sobre la que se edifica la Iglesia, como un rechazo al primado de Pedro y de la posición católica.
Un resumen de estas objeciones la hace el artículo El papado, escrito por Alejandro Matos, el cual es lo mismo que ya había escrito Samuel Vila en “A las fuentes del cristianismo”.
Artículo el Papado, por Alejandro Matos
San Hilario de Poitiers, en el Segundo libro sobre la Trinidad, dice:
“La roca, piedra, es la bendita y sola roca de la fe confesada por la boca de Pedro“
y en el sexto libro de la Trinidad, dice:
“Es esta la roca, la confesión de la fe sobre la que está edificada la Iglesia“.
Analizando los textos
Voy a colocar el texto en un contexto más amplio, para que se puede entender más profundamente el pensamiento del santo, lo cual es indispensable para no sacar conclusiones erradas de su pensamiento.
San Hilario de Poitiers, La Trinidad, VI,20, BAC 481, pág 280-282
36…¿Qué es lo que ahora el Padre revela a Pedro, que recibe el honor de ser una confesión que lo hace bienaventurado? ¿Acaso desconocía los hombres del Padre e Hijo? Cierto que los había oído frecuentemente. Pedro dice lo que una voz humana todavía no había expresado: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo. Pues aunque él, permaneciendo en el cuerpo, había manifestado que era el Hijo de Dios, con todo, la fe del apóstol ha reconocido ahora por primera vez su naturaleza divina. Y a Pedro no se le ha alabado sólo por la confesión del honor debido a Cristo, sino por el conocimiento del misterio; porque no confesó sólo que era el Cristo, sino el Cristo Hijo de Dios. Para confesar un título de honor hubiera bastado con decir” Tú eres el Cristo”. Pero hubiera sido vano que se le hubiera confesado como Cristo sino se le confesaba como Hijo de Dios. Al decir; Tú eres el Hijo de Dios, pues las palabras Este es son una indicación del que revela la respuesta Tú eres, se encierra el reconocimiento que confiesa la fe.
Sobre esta piedra de la confesión de fe se basa la edificación de la Iglesia. Pero el modo de pensar de la carne y de la sangre no revela el significado de esta confesión. Este es el misterio de la revelación divina, no sólo llamar a Cristo hijo de Dios, sino creer que lo es. ¿O acaso se le reveló a Pedro el nombre más que la naturaleza?. Si fue el nombre, ya lo había oído con frecuencia cuando el Señor confesaba que era el Hijo de Dios. ¿En qué está entonces la gloria de la revelación? En la confesión de la naturaleza, no del nombre, porque este último se había confesado ya muchas veces.
37. Esta fe es el fundamento de la Iglesia. Por esta fe son débiles contra la Iglesia las puertas del infierno. Esta fe tiene las llaves del reino de los cielos. Lo que esta fe ate o desate en la tierra quedará atado y desatado en el cielo. Esta fe es don de la revelación del Padre….” (1)
Se puede notar que quienes han utilizado este texto de San Hilario para negar al primado cometen el error de asumir que por interpretar que la fe es el fundamento de la Iglesia, eso implica un rechazo a Pedro como piedra de la Iglesia o un rechazo al ministerio del primado que le fue encomendado, cual si ambas interpretaciones fueran mutuamente excluyentes.
Ante todo, es importante entender el contexto de la obra. San Hilario no está hablando aquí específicamente del primado de Pedro, sino que está defendiendo la doctrina trinitaria contra los herejes arrianos. Así, no está negando el primado de Pedro, sino estableciendo que Pedro fue elegido para este ministerio en virtud de su confesión de fe.
Esto puede comprobarse en lo que dice líneas después:
“el que en el silencio de todos los apóstoles, al reconocer, por revelación del Padre, al Hijo de Dios, mereció una gloria excelsa, que supera toda la debilidad humana, con la confesión de su fe bienaventurada!.” (2)
“…Por esto tiene las llaves del reino de los cielos, por eso sus juicios terrenales son celestiales. Aprendió, por una revelación, un misterio oculto desde la eternidad, expresó la fe, anunció la naturaleza divina de Cristo, lo confesó como Hijo de Dios. El que niegue esto confesando que es una criatura, tiene que negar primero el apostolado de Pedro, su fe, su bienaventuranza, su sacerdocio, su testimonio; y después de todo esto sepa que se ha alejado de Cristo, porque Pedro mereció todas estas cosas por confesarlo como Hijo.” (3)
La fuerza del argumento de de San Hilario contra los arrianos es hacerles entender que negar a Cristo en su divinidad, implicaba negar aquello por lo cual Pedro mereció escuchar esas gloriosas palabras y por la cual fue elegido para su ministerio.
Pero quienes citan estos textos nunca citan otros (incluso en la misma obra) donde San Hilario se refiere a que Pedro fue establecido como la piedra-fundación de la Iglesia, y que demuestran que para él, y a diferencia de la perspectiva protestante, no solo ambas interpretaciones no son excluyentes, sino complementarias:
San Hilario de Poitiers La Trinidad, VI,20
“y el bienaventurado Simón, que después de su confesión sostiene el edificio de la Iglesia y ha recibido las llaves del reino de los cielos” (4)
El texto en ingles traducido por Philip Schaff (protestante) en The Early Church Fathers en NPNF2-09 dice: “and blessed Simon, who after his confession of the mystery was set to be the foundation-stone of the Church, and received the keys of the kingdom of heaven”, lo cual traducido es aún más claro y explícito: “el bienaventuradon Simón, quien luego de la confesión del misterio fue establecido para ser la piedra-fundación de la Iglesia y recibió las llaves del reino de los cielos”
Otros texto donde mantiene la misma idea:
San Hilario de Poitiers, Comentario sobre Mateo 7,6 en Berington and Kirk, Faith of Catholic, 2:15
“Pedro creyó primero, y es el príncipe del apostolado” (5)
San Hilario de Poitiers, Tract. In Ps. 141,8 in Berington and Kirk, Faith of Catholics, 2:15
“El miedo exitó a los apóstoles por su bajeza de la pasión (de modo que incluso la roca firme sobre la cual la Iglesia iba a ser construida tembló)” (6)
Tract. In Ps. 131,8, in Berington and Kirk, Faith of Catholics, 2:14-15
Él [Jesús] tomó a Pedro, a quien poco antes había dado las llaves del reino de los cielos, sobre quien estaba a punto de construir la Iglesia, contra la cual las puertas del infierno no podía en modo alguno prevalecer, quien aquello que atara o desatara en la tierra quedaría desatado en los cielos. Este mismo Pedro, el primer confesor de el Hijo de Dios, la fundación de la Iglesia, el portador de las llaves del reino celestial, y en su juicio sobre la tierra, un juicio sobre del cielo” (7)
Si todo esto no fuera suficientemente claro, el siguiente texto el mismo San Hilario explica con claridad como la confesión de Pedro obtuvo la recompensa de haber sido designado portador de las llaves y fundación de la Iglesia, lo cual quedó expresado con su cambio de nombre.
San Hilario de Poitiers, Commentary in Matthews, 7,6 in Berington and Kirk, Faith of Catholic, 2:15
“Y en la cierta confesión de Pedro obtuvo una digna recompensa…Oh, por tu designación de un nuevo nombre, feliz fundación de la Iglesia, y una roca digna de la creación de lo que era la dispersión de leyes infernales, y las puertas del infierno, y todos los bares de la muerte! Oh el Beato poseedor de entonces puerta del cielo, a cuya disposición se entregan las llaves de la entrada en la eternidad; cuya juicio en la tierra es una autoridad de un juicio previo en el cielo, a fin de que las cosas que son atadas o desatadas en la tierra, también lo son en el cielo…” (8)
También reconoce al obispo de Roma como sucesor de Pedro y su jurisdicción sobre todas las provincias. Al Papa San Julio I escribe:
San Hilario de Poitiers, Fragment 2 ex opere Historico (ex Epistle Sardic. Concil. Ad Juliaum) n.9, p. 629,
“Y usted, el más apreciado y amado hermano, aunque ausente de nosotros en cuerpo, presente en el mismo pensamiento y voluntad… Para ello se considera que lo mejor y consecuente, si a la cabeza, que es la silla del apostol San Pedro, los sacerdotes del Señor informan (o, consultan) desde cada una de las provincias” (9)
Conclusión
Citar a San Hilario como un ejemplo de un padre de la Iglesia que rechazaba al primado Romano, o es producto de un desconocimiento de los textos de San Hilario, o no puede menos que ser calificado como deshonesto. En su libro “Cruzando El Umbral De La Esperanza” el papa Juan Pablo II hace referencia al la piedra de Mateo 16,18 como Pedro y como Cristo. Lo mismo hace el catecismo de la Iglesia Católica en los numerales 424, 552, 553 y 881. Esperemos que en unas cuantas centurias no se les cite como una negativa expresa del primado romano
Referencias
(1) Tomado de La Trinidad, San Hilario de Poitiers, VI,20, BAC 481, pág 280-282
(2) Ibid.
(3) Ibid.
(4) Tomado de La Trinidad, San Hilario de Poitiers VI,20, BAC 481, pág 259
(5) Traducido de Upon This Rock, Stephen K. Ray, pág 202
(6) Ibid, pág 203
(7) Ibid, pág 203. También puede ser encontrado en Jesús, Peters & Keys, por Butler, Dahlgren y Hess, pág. 231.
(8) Ibid.
(9) Ibid. pág 204