P. Lusvardi, sj: el método usado en el Sínodo no es adecuado para razonamientos teológicos y pastorales

«Si algo es pecado, no discernimos si hacerlo o no»

P. Lusvardi, sj: el método usado en el Sínodo no es adecuado para razonamientos teológicos y pastorales

El padre Anthony Lusvardi, sacerdote jesuita y profesor de teología sacramental en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, declaró a CNA que el discernimiento comunitario, método usado en la primera sesión del Sínodo sobre sinodalidad, fue desarrollado hace varias décadas por jesuitas en Canadá (modelo canadiense) y tiene sus limitaciones.

(EWTN/InfoCatólica) El religioso aclaró que aunque el método fue pionero y lo hicieron personas formadas en la espiritualidad ignaciana, no se remonta hasta San Ignacio de Loyola, el fundador de la orden jesuita que desarrolló el discernimiento de los espíritus.

El P. Lusvardi, quien dijo estar familiarizado con el método de discernimiento comunitario desde que ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús, lo calificó como «útil en algunas situaciones, menos en otras».

La idea del discernimiento comunitario, explicó Lusvardi, es que «en lugar de simplemente iniciar una discusión sobre un tema, como podría suceder en cualquier reunión de negocios, quienes participan se tomarán un tiempo para rezar individualmente en silencio. Luego volverán a reunirse, y cada persona compartirá el fruto de su oración, mientras que los demás escucharán sin interrupciones».

«Después de que todos hayan tenido la oportunidad de hablar, puede haber una segunda ronda de intercambio, donde las personas describen sus propias reacciones a lo que otros han compartido», explicó. «Esto no es una discusión de los problemas, por lo que no es el momento para exponer desacuerdos, sino una presentación de los propios movimientos interiores. El énfasis está en comprenderse antes de buscar una 'solución' a los problemas».

La escucha durante los grupos de discusión pequeños del Sínodo sobre la Sinodalidad, o «circoli minores», implicó tres rondas.

Según el padre Ivan Montelongo, sacerdote de la Diócesis de El Paso, Texas, y delegado en la asamblea sinodal del 4 al 29 de octubre, «todos pueden participar [con este método]. Hay un facilitador que se asegura de que todos compartan y nadie se quede atrás».

En la primera ronda, cada persona comparte su «propia experiencia, su propia perspectiva», dijo a CNA. En la segunda ronda, los miembros del sínodo comparten nuevamente en función de lo que les resonó de lo que otros dijeron en la primera ronda. Y durante la tercera ronda, el grupo explora «convergencias, divergencias, preguntas por explorar, acciones que quizás deban tomarse».

Este proceso también implica momentos de silencio para la oración personal y la reflexión sobre lo escuchado.

Ventajas de la escucha

«Una de las características distintivas del método es el énfasis que pone en la escucha», explicó Lusvardi.

Dado que todos tienen la oportunidad de hablar y ser escuchados, algo que puede ser inusual en un mundo muy ruidoso, el efecto puede ser «casi terapéutico», dijo el sacerdote.

«Como las personas comparten el fruto de su oración, la conversación a menudo es más paciente, abierta y respetuosa», agregó. «Llegas a conocer a las demás personas y sus vidas de fe de una manera más profunda de lo que lo harías en la mayoría de las reuniones. El énfasis está en entender antes de evaluar».

Dijo que el método puede ser muy útil para establecer un buen tono entre los participantes en una reunión. Y en un entorno parroquial o diocesano, dedicar tiempo a rezar sobre un tema antes de compartir los frutos de esa oración, «antes de sumergirse en los detalles concretos», también podría ser útil, dijo.

Límites del método

El jesuita explicó que también ve algunas desventajas en el método. Si bien es excelente para ayudar a las personas a entenderse mejor, «no es adecuado para razonamientos teológicos o prácticos (ndr:pastorales) cuidadosos o complejos».

«Hacer eso requiere un pensamiento crítico, que sopesa los pros y los contras de lo que las personas dicen. También requiere un grado de objetividad que este método no está bien preparado para proporcionar», dijo. «Una teología sólida siempre debe hacer la pregunta: 'Puede sonar bien, ¿pero es verdad?'».

El método de discernimiento comunitario enfatiza la comprensión mutua, por lo que puede ser más difícil plantear la pregunta sobre si lo que alguien dice es verdadero, argumentó Lusvardi.

«A veces las personas tienen ideas perjudiciales; aunque puede ser útil escucharlas, en algún momento es irresponsable y poco caritativo no corregir el daño. He encontrado que el proceso no siempre es adecuado para eso en la práctica».

Y el método no puede sustituir la evidencia empírica, la revelación o la enseñanza de la Iglesia, agregó, recordando que San Ignacio fue «muy claro en que no todas las cosas son objeto adecuado para el discernimiento».

«Si algo es pecado, no discernimos si hacerlo o no», explicó Lusvardi. «Si has hecho un compromiso, no discernimos si ser fiel a él o no. Solo discernimos entre cosas que son buenas».

«Si lo que te ocurre en la oración contradice lo que ha sido revelado por Jesucristo, entonces no es obra del Espíritu Santo», dijo.

El jesuita explicó que Ignacio también sabía que el espíritu maligno puede disfrazarse como ángel de luz y que las reglas de discernimiento de los espíritus del santo «pretenden ayudarnos a evitar ser engañados».

Advirtió que «porque el método produce una experiencia positiva de compartir la fe, a veces puede llevar a tomar decisiones ingenuas. El hecho de que algo ocurra en la oración no significa que sea la voluntad de Dios. Necesita ser probado por la verdad objetiva y el razonamiento, y a veces necesitamos ser autocríticos».

San Ignacio, dijo el sacerdote, también «no previó el discernimiento comunitario como una característica de la gobernanza de la orden jesuita, que está estructurada jerárquicamente».

«Por lo tanto, este método puede utilizarse para ayudar a un superior a comprender a los hombres que está liderando y sacar a la luz algunos de los sentimientos y preocupaciones que rodean los temas en discusión, pero sigue siendo el superior quien toma la decisión», dijo.

15 comentarios

Pacomio
Digno hijo de San Ignacio.
La Virgen Santísima lo proteja y cuide... Son tiempos duros para decir estas verdades...
29/11/23 11:14 AM
Rmontaud
Tengo más claro que gracias al método de discernimiento comunitario las ideas del mundo han penetrado profundamente en este Sínodo. Todos los días las noticias, las ideas y un largo etcétera, dejan de estar en nuestra consciencia y pasan al inconsciente. En las reuniones limitadas uno compartirá cual ha sido el fruto de su oracion. Repito, las ideas del mundo tienen una ventana abierta en la oración individual.
29/11/23 11:17 AM
Mamen
Clarísimo y evidente, el sínodo vale para lo que vale, pero la Iglesia igual que la Compañía sin estructuras jerárquicas y es el superior quien decide.
29/11/23 11:27 AM
África Marteache
Rmontaud: Pasarán a tu inconsciente porque mi consciencia y mi inconsciencia tienen muy claro que un pecado no es materia de discernimiento. Es decir, que sí yo hace 35 años supe que estaba en pecado mortal, hoy en día sigo pensando que, efectivamente, estaba en pecado mortal y me confesaría hoy como me confesé antaño. El que la "Amoris Laetitia" me dé carta blanca no ha cambiado ni un ápice el asunto.
No se me ocurre decir: "¡Ay, qué tonta fui, si resulta que no era pecado!
29/11/23 12:26 PM
Maximiliano
Solo discernimos entre cosas que son buenas, y ello debe ser el punto de partida. Pero en la recepción de sacramentos debe cumplir lo establecido por DIOS a través de la Doctrina, la Tradición y el Evangelio. Entonces nadie - absolutamente nadie - puede recibir la Sagrada Comunión sin estar en gracia de DIOS. Y estando en pecado debe confesarse previamente con un Sacerdote. Y la Confesión como Sacramento incluye : (1) dolor de los pecados ( el dolor de los pecados, es motivado por el arrepentimiento de haber ofendido a Dios por ser Él quien es, y no sólo en virtud de los premios perdidos o castigos merecidos), (2) propósito de enmienda, (3) decir todos los pecados al Confesor y (4) cumplir la penitencia.

En el propósito de la enmienda, es indiscutible que el que penitente o quien acude a la confesión para recibir la absolución del Confesor, debe tener voluntad para no repetir los pecados. Si se encuentra en una situación de pecado continuado y aceptado del que no quiere salir, dicho requisito imprescindible no lo cumple, y NO HACE BUENA CONFESIÓN, y comete un pecado muy grande que se llama SACRILEGIO, y el que también comulga en pecado mortal comete un HORRIBLE SACRILEGIO, así, en Corintios 11: 27:32, se nos advierte: ¡¡ por lo tanto, cualquiera que coma el pan o beba de la copa del Señor de manera indigna será culpable de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor. (...) Y come y bebe su propia condena. Por eso hay entre ustedes muchos débiles y enfermos, incluso vario
29/11/23 1:53 PM
Cipriano
"Si algo es un pecado no discernimos si hacerlo o no". Lapidario
29/11/23 2:28 PM
Percival
Muy lúcida toda esta aclaración. Gracias
29/11/23 2:49 PM
Pedro P
El P. Lusvardi se refiere al método usado para discernir comunitariamente. De lo importante que es la escucha y la oración….y estoy de acuerdo, porque muchos de los que asistieron al Sínodo adolecían de esa preparación teológica y pastoral.
29/11/23 3:53 PM
Jesús Hombre Gaona Moreno
Un discernimiento de esa índole tiene que partir de las verdades de la revelación, no de la ocurrencia subjetiva de cada uno de los participantes. Conozco ese método jesuita, porque me formé con jesuitas. Método que, si no parte de la verdad revelada, así se contenga en los cánones, genera un revoltijo inútil de aportaciones. Si no se atiende a los principios dogmáticos, se revive en esas reuniones la anarquía de Nicolas de Cusa, hereje del siglo XV.
29/11/23 5:38 PM
Vladimir
El que quiera ser mi discípulo, que RENUNCIE a sí mismo, dijo Jesús. El problema es que, para algunos pastores, la palabra "RENUNCIE", debe ser discernida y aplicada según cada situación. La liberadora y radical exigencia del Evangelio, se diluye en un relativismo de ocasión.
29/11/23 6:44 PM
FJPV
Al fin leo a un jesuita vivo que no provoca horror.
29/11/23 6:46 PM
martin
la colisión con el viejo paganismo va a ser iniciada, Jesús instruye a sus primeros Sacerdotes en la lucha que se avecina, ya que el Bautismo de la paz, es a su vez, bautismo de guerra espiritual

hermanos nuestros títeres del dragón, declararán pronto la guerra a la Primicia de Dios Padre

sean más las almas Santas que nos guíen, ya que una palabra, inspiración u Oración de Ellos, basta para poder sanar un alma, si ésta así lo quiere
29/11/23 11:06 PM
LJ
Los progresistas son muy amigos de la nada, no dicen nada, no saben nada (cuando no les conviene declarar), no dicen que nada sea pecado, ni que no lo sea, o éso sí dicen según intención, no les importa nada. Tienen influencia nihilista.
Es lo que vale su pensamiento.
Se les ocurre discernir sobre verdades de la fe, que tienen que ser aceptadas, no discernidas, ni discutidas.
Como esos charlatanes, que no dice nada, pero padecen de verborrea, los progresistas no tienen discernimiento, así que qué van a discernir.
30/11/23 11:08 AM
gustavo perez
Por fin un digno hijo de san Ignacio, el Padre Lusvardy, muy versado -desde luego- en el discernimiento de su padre hace claridad sobre este abuso y arbitrariedad del Papa y demás sinodales para presentar de manera muy amañada esta temática de discernimiento y hacer creer que es de verdadera inspiración ignaciana y así hacer incurrir, como acontece, en el error , en este caso con un discernimiento "comunitario" impropio y torcido para los fines adversos buscados en el sínodo.
30/11/23 1:59 PM
Carlos
Una reflexión muy interesante que relativiza toda la propaganda sobre el Sinodo como instrumento para cambiar la doctrina
30/11/23 4:05 PM

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