(Agencias/InfoCatólica) Mons Munilla hizo suya, precisamente el día en que se cumplían los 45 años de la clausura del Vaticano II, la interpretación de Benedicto XVI para defender que ese concilio no supuso la “ruptura” frente a la tradición anterior de la Iglesia, sino “una necesaria reforma, en continuidad con el magisterio anterior y con el posterior”.
El obispo destacó que “es un hecho incuestionable” que los textos conciliares “no dan margen” para sostener las acusaciones de quienes afirman que la Iglesia se encuentra ahora en “una etapa de involución” y que su argumento de que “el 'espíritu' del Concilio llega más allá y estaría desligado de su 'letra'“ cae “en un inevitable subjetivismo”.
«El Concilio Vaticano II no es propiedad de ninguna de las sensibilidades plurales que integran la Iglesia Católica. No puede emplearse para la división, sino para la comunión. Lo contrario sería incurrir en una manipulación de la realidad», aseguró Mons. Munilla
Hermenéutica correcta
“Si leemos y acogemos el Concilio guiados por una hermenéutica correcta puede ser y llegar a ser cada vez más una gran fuerza para la renovación siempre necesaria de la Iglesia. En el Concilio Vaticano II encontramos la base necesaria para la comunión de cuantos conformamos la Iglesia”, subrayó.
El preladó aseguró que el Concilio "no supone una ruptura con respecto a la tradición anterior, sino una necesaria reforma, en continuidad con el Magisterio anterior y con el posterior al Concilio Vaticano II".