(Zenit/InfoCatólica) El acercamiento entre los obispos católicos polacos y las autoridades ortodoxas rusas, tras siglos de desencuentro y hostilidad, comenzó oficialmente hace unos meses, el 26 de febrero de este año, cuando un delegado del Patriarcado de Moscú participó en la Plenaria de la KEP. Los analistas esperan que de este acercamiento surja un gesto explícito de reconciliación y perdón entre rusos y polacos.
El patriarca Kiril anticipó un movimiento en esta dirección, durante su reciente visita al Memorial de Katyn. En efecto, en los bosques de Katyn fueron fusilados por órdenes de Stalin, en marzo de 1940, alrededor de 22.000 prisioneros polacos, hecho que ha obstaculizado la relación entre ambos países, y que este año esta siendo motivo de acercamiento. El presidente polaco Kaczynski y otros 95 altos representantes de la Iglesia y del Estado perdieron la vida en un accidente aéreo sobre cielo ruso, el pasado 10 de abril cuando viajaban a conmemorar tal hecho.
Precedente alemán
En una reciente entrevista concedida a la KAI (la agencia de noticias de la Iglesia polaca), monseñor Jozef Kowalczyk, arzobispo de Gniezno y primado de Polonia, se refirió al actual acercamiento a los ortodoxos rusos, citando expresamente el precedente de la reconciliación entre las jerarquías polaca y alemana, hace 45 años: el 18 de noviembre de 1965, contra el parecer del gobierno comunista, los obispos polacos enviaron oficialmente una carta a los obispos alemanes.
En esta misiva, en cuya redacción estuvo muy implicado el entonces arzobispo de Cracovia, monseñor Karol Wojtyla, los prelados describían el gran sufrimiento que habían infligido durante la historia los alemanes al pueblo polaco, y reconocían, por su parte, el sufrimiento que los polacos hubiesen podido causar también al pueblo alemán. La carta terminaba con la frase: “Nosotros perdonamos, y pedimos vuestro perdón”.
La carta, que inicialmente causó gran polémica, fue respondida por los obispos alemanes con otra carta, en la que reconocían la culpabilidad de Alemania y en la que pedían perdón a los polacos. Este intercambio de cartas, a pesar de la oposición comunista, fue celebrada por la opinión internacional como un gran paso hacia la reconciliación por parte de la Iglesia polaca.
Enterrando a Copérnico
Otra de las cuestiones que se tratan en esta Plenaria es la ayuda a las víctimas de las inundaciones provocadas a finales de mayo por los desbordamientos de los ríos Vístula y Oder, debido a lluvias torrenciales en el sur del país.
Y también se celebrará solemnemente el 750 aniversario de la existencia del Cabildo catedralicio de Varmia, el próximo domingo 20 de junio, con una solemne Misa en la catedral de Frombork, presidida por monseñor Kowalczyk. La homilía la pronunciará monseñor Jozef Michalik, arzobispo de Przemyśl y presidente de la Conferencia episcopal polaca.
Precisamente este aniversario ha supuesto también el “redescubrimiento” de uno de los canónigos más famosos de Varmia, el astrónomo Nicolás Copérnico, cuyo epitafio será bendecido el domingo por los obispos de Polonia. Su tumba había sido buscada por los arqueólogos en dicha Catedral en varias ocasiones: por la Sociedad Científica de Varsovia en 1802, por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, y después por los rusos. Finalmente, el hallazgo se produjo en 2004, por un equipo dirigido por el profesor George Gąssowskiego.
Tras el estudio de los restos, la identificación del ADN y la reconstrucción del rostro, comparándolo con los retratos de la época, los científicos certificaron su identidad, y el formulador del heliocentrismo volvió a ser enterrado solemnemente en la catedral de Frombork el pasado 22 de mayo de este año... casi quinientos años después de su entierro.