(Agencias/InfoCatólica) El proyecto «La base y la cruz», ganador del concurso para la resignificación del Valle de los Caídos, ha sido presentado oficialmente por el Ministerio de Vivienda. La propuesta, elegida por unanimidad del jurado, contempla cambios arquitectónicos significativos que buscan convertir el recinto en una adefesio al servicio de la memoria democrática.
Una grieta que rompe la axialidad del monumento
El cambio más visible que experimentará el conjunto arquitectónico será la eliminación de la escalinata vertical que da acceso a la basílica. En su lugar se construirá un soportal a los pies del templo, semejante a una gran grieta horizontal que se extenderá de lado a lado por toda la explanada del recinto, aprovechando los cinco metros de desnivel existentes.
Iñaqui Carnicero, secretario general de Agenda Urbana, Vivienda y Arquitectura del Ministerio de Vivienda y presidente del jurado, explicó que esta intervención busca dar «más protagonismo a la naturaleza que a la arquitectura, y se rompe la axialidad que tanto había caracterizado este monumento para producir una gran sombra, una grieta que facilita el encuentro, que invita al diálogo y a una visión más plural, más democrática».
Un vestíbulo circular como espacio de encuentro
Los visitantes podrán acceder por debajo de este soportal a un vestíbulo circular de 40 metros de diámetro con el techo descubierto. Este espacio permitirá un acceso común tanto a la basílica, ubicada de frente, como al nuevo centro de interpretación, situado en los laterales.
El centro de interpretación era uno de los elementos previstos en el concurso convocado por el Gobierno para la resignificación del Valle de los Caídos. Según la presentación, se instalarán paneles para resignificar las capillas, aunque no se han concretado más detalles sobre las intervenciones en el interior.
La cruz permanece, dudas sobre La Piedad
La gran cruz de 150 metros de altura no sufrirá modificación alguna. Sin embargo, existe incertidumbre sobre el destino de La Piedad de Juan de Ávalos, que corona la principal puerta de acceso a la basílica. Aunque varios medios informaron de su posible eliminación, fuentes gubernamentales han negado esta información. Lo cierto es que la escultura no es visible en el boceto oficial difundido durante la presentación.
Cumplimiento de los acuerdos con la Iglesia
El proyecto debe respetar las condiciones establecidas en el acuerdo entre el Gobierno y el Arzobispado de Madrid del 16 de abril. Entre estas condiciones se incluye el mantenimiento de la basílica y sus signos litúrgicos, el respeto a las capillas con sus símbolos religiosos, el acceso independiente al espacio sagrado y la continuidad de la Comunidad Benedictina.
No obstante, no queda claro si el acceso común propuesto cumple con el requisito de acceso independiente al espacio sagrado, según lo acordado entre la Iglesia y el Gobierno.
Presupuesto y calendario de ejecución
Las obras tienen un presupuesto total de 31 millones de euros: 26 millones destinados a la ejecución del proyecto y 4 millones en concepto de honorarios para el equipo ganador del concurso. Se espera que los trabajos comiencen en 2027, con un plazo de ejecución previsto de cuatro años.
Críticas al carácter «indefinido» del proyecto
Alberto Bárcena, historiador y autor del estudio más completo sobre el Valle de los Caídos, ha calificado el proyecto de «indefinido y siniestro» en declaraciones a Religión Confidencial. Bárcena destaca que «puede significar muchas cosas» y advierte sobre la necesidad de estar atentos a la ubicación y características del centro de reinterpretación, ya que «del Valle de los Caídos sabemos lo que fue por la historia, pero no sabemos qué va a ser».
Esta resignificación se enmarca en el proyecto más amplio del Gobierno que incluye la posible expulsión de la comunidad Benedictina del recinto.
Apoyo sin fisuras de todo el episcopado español
Hace seis meses el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Francisco César García Magán, aseguró que la Iglesia respalda sin fisuras la actuación del cardenal Cobo, arzobispo de Madrid, en la cuestión de resignificación del Valle de los Caídos y defendió la permanencia del culto, la comunidad benedictina y la cruz.
No hubo tampoco ninguna fisura cuando se supo que habían entregado la cabeza del hasta entonces Prior de la Abadía, Dom Santiago Cantera, forzándole a irse y a violar el voto de estabilidad.








