(InfoCatólica) El P. Ron Rolheiser, teólogo y sacerdote modernista que inauguró el encuentro, abordó temas como la homosexualidad, la masturbación, el transgenerismo, la comunión en estado de pecado y la teología moral. Sus afirmaciones se caracterizaron por una visión relativista del pecado, evitando la condena de actos que la Iglesia considera gravemente inmorales.
Durante la sesión, varios sacerdotes participantes admitieron prácticas como la masturbación, uno de ellos incluso afirmando que «reza y da gracias a Dios» durante el acto, considerándolo una forma de oración. Rolheiser, lejos de corregir estas declaraciones, se limitó a decir que tales actos no son «ideales», pero no constituyen necesariamente pecado mortal. Para él, son más bien expresiones de la imperfección humana, obstáculos para un ideal superior, pero no materia grave.
Uno de los momentos más preocupantes fue cuando Rolheiser explicó que si una persona desea comulgar, ese simple deseo es prueba suficiente de que no está en pecado mortal. Esta afirmación contradice de forma directa la enseñanza católica, que advierte sobre el peligro del sacrilegio al recibir la Eucaristía en estado de pecado grave. También calificó el sexo prematrimonial como un acto «irresponsable», pero no necesariamente pecaminoso en grado mortal.
En otro momento, un sacerdote homosexual sugirió que reprimir el deseo sexual sin vías de escape puede llevar a la violencia o incluso al suicidio. Rolheiser, en respuesta, llegó a decir que «a veces la masturbación es la mejor opción», para evitar consecuencias peores. Esta forma de justificar el pecado desde un punto de vista psicológico relativiza completamente su gravedad moral.
La conferencia también abordó cuestiones como el «matrimonio» entre personas del mismo sexo, la disforia de género y otras temáticas en las que se expresaron opiniones contrarias a la enseñanza de la Iglesia, incluyendo el respaldo a bendiciones privadas de uniones homosexuales.
El Instituto Lepanto denuncia que todo esto ocurrió con la presencia de varios obispos —incluidos el arzobispo John Wester y el obispo John Stowe— sin que ninguno interviniera para corregir los errores doctrinales expuestos. De hecho, el grupo ha contado en el pasado con la participación de figuras eclesiásticas como los cardenales Cupich, McElroy y Gregory, entre otros.
Michael Hichborn, presidente del Instituto, ha advertido de que la AUSCP está infiltrando su agenda ideológica en diversos ámbitos de la vida eclesial estadounidense, con el apoyo de algunos sectores del episcopado. En sus palabras: «La amenaza que esta organización representa para las almas humanas es inmensa, y si no se detiene, un número incalculable de almas serán conducidas al Infierno».
Ante esta situación, el Instituto Lepanto hace un llamamiento urgente a los fieles para que escriban a sus obispos, compartan este informe y exijan la condena pública de la AUSCP, así como la prohibición de que los sacerdotes de cada diócesis mantengan cualquier tipo de relación con esta organización.
Información completa con audios en la web del Instituto Lepanto







