(InfoCatólica) La Santa Sede ha hecho público el mensaje del Papa Francisco para la Jornada Misionera Mundial 2025, enmarcado en el Año Jubilar y centrado en la esperanza como eje fundamental de la evangelización. «Misioneros de esperanza entre los pueblos» es el lema elegido por el Pontífice, quien recuerda la vocación de cada bautizado a llevar la esperanza del Evangelio al mundo.
El Papa destaca que la Iglesia debe seguir «tras las huellas de Cristo» y ofrecer un testimonio vivo de fe, incluso en contextos de dificultad y sufrimiento. En este sentido, subraya que Jesús es el modelo supremo de la misión, que, a través de sus enseñanzas y sacrificio, se convirtió en el «divino Misionero de la esperanza». En su mensaje, Francisco recuerda que la misión de la Iglesia no es estática, sino que implica caminar con Cristo «por las vías del mundo», respondiendo a los retos de cada época con el fuego del Evangelio.
El documento también enfatiza el papel de los cristianos como «portadores y constructores de esperanza» en un mundo marcado por la incertidumbre y la crisis de lo humano. «Estamos todos interconectados, pero no estamos en relación», advierte el Papa, señalando la necesidad de una evangelización que rescate el sentido de comunidad y fraternidad. Así, Francisco exhorta a los fieles a comprometerse con los más vulnerables, desde los pobres hasta los ancianos y enfermos, para encarnar la compasión y la cercanía de Dios.
La renovación de la «misión de la esperanza», según el Papa, pasa por una intensa vida de oración y la formación continua de los fieles. Cita como ejemplo el testimonio del venerable cardenal Van Thuan, quien, a pesar de su encarcelamiento, mantuvo viva la esperanza gracias a la oración y la Eucaristía. «Rezar es la primera acción misionera y la primera fuerza de la esperanza», recuerda Francisco, alentando a los cristianos a encontrar en la Palabra de Dios la inspiración para su misión.
Finalmente, el Papa insiste en la dimensión comunitaria de la evangelización, resaltando que la transmisión de la fe no termina con el bautismo, sino que requiere un acompañamiento constante. En este sentido, exhorta a los fieles de todas las edades a participar activamente en la misión de la Iglesia a través del testimonio, la oración y el servicio.
Francisco concluye su mensaje encomendando la Jornada Misionera Mundial 2025 a la Virgen María, para que interceda por todos los cristianos y les ayude a llevar la esperanza del Evangelio a cada rincón del mundo.