(LNBQ/InfoCatólica) Desde la blasfemia en las ceremonias de las Olimpiadas de París hasta las amenazas ideológicas en Occidente y el sufrimiento de la Iglesia en regímenes comunistas, monseñor Cordileone aborda cuestiones clave desde una perspectiva católica sólida.
La ceremonia de París
El arzobispo de San Francisco critica duramente la ceremonia de apertura de las Olimpiadas de París, calificándola de blasfema:
«La ceremonia de apertura de las Olimpiadas es blasfema y grotesca. La Revolución Francesa decapitó a sacerdotes y monjas bajo la consigna de 'Libertad, Igualdad y Fraternidad'. ¿Es eso lo que queremos celebrar? Una sociedad que elimina el ethos judeocristiano pierde su capacidad para corregir los males y sustituye la conciencia por la lucha por el poder».
La persecución bajo el comunismo
En Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega continúa su ofensiva contra la Iglesia, persiguiendo a sacerdotes y consagrados. El arzobispo lamenta el silencio generalizado sobre los peligros del comunismo:
«Durante el Concilio Vaticano II, se optó por no condenar explícitamente el comunismo con la esperanza de construir puentes. Pero este enfoque no ha funcionado. Es crucial advertir a los jóvenes, que son los más vulnerables a los mensajes alienantes del marxismo».
Asimismo, llama la atención sobre el caso de Jimmy Lai, empresario católico encarcelado por su resistencia al régimen comunista chino. Sobre el acuerdo entre el Vaticano y China para el nombramiento de obispos, monseñor Cordileone afirmó que los detalles siguen siendo desconocidos, pero subrayó la necesidad de resolver los desafíos significativos que enfrenta la Iglesia en ese país.
La presión ideológica del Occidente en África
Respecto a las quejas de los obispos africanos sobre las ONG occidentales que promueven el aborto y la ideología de género bajo pretextos humanitarios, afirma que:
«Occidente debe dejar de imponer ideologías con fines egoístas. Es aberrante y muestra una falta de respeto hacia la soberanía cultural de estos países».
La ideología de género: la mayor amenaza actual
Para monseñor Cordileone, la ideología de género representa una amenaza directa al orden natural y a la imagen de Dios:
«La complementariedad entre hombres y mujeres refleja la comunión de personas en Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Al eliminar esta diferencia, se borra la imagen de Dios de la faz de la Tierra».
También vincula esta crisis a la falta de ejercicio de la paternidad, subrayando que la ausencia de padres en las familias afecta a la sociedad:
«La presencia del padre es clave para resolver problemas como la pobreza, el abuso de drogas y la violencia. Sin embargo, la cultura moderna ofrece ejemplos de destrucción de la masculinidad y de alejar a los hombres de sus responsabilidades familiares».
La armonía entre ciencia y fe
El prelado desmintió la idea de que la ciencia y la fe están en conflicto y citó ejemplos históricos de sacerdotes que han sido pioneros científicos:
«Sacerdotes como Gregor Mendel, padre de la genética moderna, o Georges Lemaître, creador de la teoría del Big Bang, demuestran que Dios es el autor de la ciencia. El verdadero conflicto no está entre ciencia y fe, sino entre ciencia y política, cuando esta última niega la evidencia científica por conveniencia».
San José como modelo
Para el arzobispo de San Francisco, la solución de no pocos problemas pasa por fortalecer la familia y fomentar un sentido renovado de paternidad espiritual inspirado en San José:
«Los hombres deben sacrificar ambiciones personales por amor a sus familias, educar a sus hijos con valentía y compromiso, y buscar el sacramento del matrimonio como base para una vida plena y significativa».
Mons. Cordileone insta a la Iglesia a mantenerse firme ante las tormentas ideológicas de nuestro tiempo, recordando que la verdad trasciende los intentos de borrarla.