Gregor Johann Mendel
El 20 de julio de 1822 venía al mundo Johann Mendel-Angustuos, en la aldea de Heinzendorf bei Odrau, en el norte de Moravia, junto a Silesia. Actualmente su nombre es Hyncice, pero en aquel entonces pertenecía al imperio Austro-húngaro, en cuyo ejército había servido su padre Anton durante las guerras contra Napoleón. Su madre se llamaba Rosina, y Johann tenía una hermana mayor y otra menor. Su carácter era descrito como humilde, tranquilo y retraído.
Su padre provenía de una larga estirpe germana de jardineros, y el muchacho trabajó junto a él en el campo, cursando estudios básicos en el Instituto de Filosofía de Olomuc, entre 1840 y 1843. Su profesor de física, Friedrich Franz, advirtiendo en él brillantes cualidades y piedad natural, le recomendó el ingreso en el monasterio de los agustinos de Königskloster, cerca de Brünn (Hoy Brno), donde profesó como fraile en 1843, a la edad de 21 años, tomando el nombre de Gregor (Gregorio). Tras cursar la carrera eclesiástica, el 6 de agosto de 1847 fue ordenado sacerdote, y trasladado a la abadía de Santo Tomás, también en Brünn. En 1849 fue asignado en calidad de profesor en una escuela secundaria en Znaim. No obstante, sus cualidades intelectuales llamaron de tal forma la atención del abad Napp, que este le envió en 1851 a Viena donde estudió matemáticas, física y ciencia, teniendo entre sus profesores a Christian Doppler, descubridor del efecto que lleva su nombre, y a J. Scheider, botánico experto en pomología, que influyó grandemente en él. Pese a que estaba dotado para los estudios y llegó a ejercer como profesor suplente, fracasó en las dos ocasiones en que se presentó al grado de doctor. Al parecer sufría cuadros de ansiedad tan intensos frente a las pruebas que le hicieron renunciar. Hoy se conoce a este síndrome como “fobia a los exámenes”, y sin duda muchos estudiantes comprenderán lo que sentía el fraile Gregor al verse ante la tribuna de examinadores. Retornado a Brünn, el padre Gregor se convirtió en 1854 en profesor de física de la Real Escuela de aquella ciudad, comenzando sus experimentos en el campo de la biología a partir de 1856.
Su padre le había inculcado el oficio de jardinero y el amor por las plantas; entre 1856 y 1863, en el jardín del monasterio de Santo Tomás, Gregor comenzó a poner en práctica las hipótesis sobre hibridación vegetal postuladas durante el siglo XVIII por Kölreuter, W. Herbert, CC Sprengler, A. Knight, y en la primera mitad del XIX por Gërtnet y Sageret. Muy particularmente llamarían con seguridad su atención los trabajos del naturalista francés Charles Naudin (1815-1899), el primero en sostener la inestabilidad de los híbridos, impulsor del campo de interés de Mendel, y en cierto modo, su precursor.
Entre todas las plantes eligió al guisante (pisum sativum), y su primer experimento consistió en obtener por cultivo convencional líneas puras de cada estirpe, según las características “semilla lisa-semilla arrugada”, “semilla verde-semilla amarilla”, “flores blancas-flores de color”, etc. Posteriormente cruzó por medio de polinización artificial ambas estirpes y observó los resultados. De su análisis de resultados sacó varias conclusiones que resumió en 3 leyes: la primera, que cuando se cruzan dos variedades puras (actualmente conocidas como homocigóticas) y distintas de una misma especie, los descendientes híbridos son todos iguales entre sí (heterocigotos); la segunda, que al cruzar entre sí esta segunda generación de híbridos (heterocigóticos), la tercera se dividía en cuatro cuartos: uno recogía la característica estudiada de su abuelo en forma pura, el otro de su abuela en forma pura (ambas homocigóticas) y los otros dos de sus progenitores híbrida (heterocigóticas), advirtió asimismo que en algunas características los híbridos manifestaban un carácter (al que llamó dominante) sobre el otro, (nombrado como recesivo), por ejemplo en los heterocigóticos se manifestaba la superficie lisa sobre la rugosa; la tercera ley afirma que en el caso de que las dos variedades iniciales difieran entre sí en dos o más caracteres, cada uno de ellos se transmite de acuerdo con la primera ley de forma independiente a los demás. A esta última también se le llama Principio de la transmisión independiente.
El padre Gregor presentó sus observaciones en las reuniones de la Sociedad de Historia Natural de Brünn del 8 de febrero, y del 8 de marzo de 1865. Logró una acogida favorable, y fueron publicadas en las actas de la misma Sociedad con el nombre de “Versuche über Pflanzenhybriden” (Experimentos sobre hibridación de plantas) en 1866. El artículo contenía sus leyes pero trataba más de hibridación que de herencia. Mendel le dio difusión y envió los resultados de sus trabajos a Karl W. von Nägeli, uno de los más eminentes botánicos de su tiempo, pero no logró despertar su interés. En su correspondencia, le recomendaba estudiar la Vellosa Hieracium o Vellosilla, en la que estaba trabajando. Mendel siguió su consejo, pero no pudo reproducir sus resultados, lo que le llevó a pensar que sus conclusiones eran de aplicación limitada, influyendo tal vez en su pérdida de interés posterior por la herencia (ahora sabemos que la vellosa hieracium tiene una herencia poco frecuente de tipo partenogenético). Los biólogos contemporáneos seguían la teoría de la herencia combinada (o mezclada), y en su momento, su artículo fue criticado y tomado sin interés, pese a que actualmente se considera un fundamento clásico de la biología. Sus descubrimientos pasaron completamente inadvertidos, y la herencia combinada siguió siendo la teoría dominante. Aparentemente, Charles Darwin desconocía las conclusiones del trabajo del agustino, ya que en sus trabajos emplea esta teoría combinada para explicar la herencia.
Mendel empleó también la reproducción de las abejas para reproducir sus observaciones en animales. Ayudado por el director de la Sociedad de Apicultura de Brünn, Ziwansky, construyó varias colmenas en las que alojó colonias de diversas variedades, y trató de confirmar la hipótesis del sacerdote y biólogo polaco Jan Dzierzon (descubridor de la partenogénesis apicola, también merecería un artículo en la sección “científicos católicos”), que postulaba que los huevos fecundados producían obreras o hembras, y los infértiles, zánganos o machos. El propio Mendel, pese a su prolongada afición a la apicultura, admitió que sus conclusiones no se podían probar en abejas.
En 1868, fue nombrado abad del monasterio de Santo Tomás en sustitución de Napp, y abandonó sus estudios biológicos, absorbido en su tarea como responsable de la comunidad de monjes, añadido a una disputa administrativa heredada contra el gobernador regional, que pretendía aplicar impuestos especiales a los institutos religiosos. A pesar de ello, conservó su afición a las abejas, y fue elegido presidente de la Sociedad de Apicultura de Brünn en 1871. Ese año, acompañado de Ziwansky, participó como representante de su sociedad en el congreso de Apicultura en lengua germana en Kiel. En 1873, presentó la dimisión, pues deseaba dedicarse íntegramente a sus tareas pastorales; se le reeligió en 1874, pero declinó definitivamente. El insigne biólogo sentía la llamada perentoria de sus tareas como abad de frailes, tanto tiempo desatendidas por sus investigaciones científicas y sus obras filantrópicas.
Y a esas tareas, más pendiente de las cosas del alma y del cielo que de la naturaleza terrestre, se dedicó en sus últimos años. A pesar de que su trabajo más importante no mereció la atención de la comunidad científica, gozó de justo reconocimiento en vida, ya que fue un activo miembro de la sociedad civil de su región. Destacaron por ejemplo sus trabajos sobre astronomía y meteorología, otra de sus grandes pasiones científicas, y materia en la que fueron publicados la mayor parte de sus trabajos en vida, siendo el principal impulsor y fundador de la Asociación Meteorológica austríaca. Además fue designado titular de la prelatura de la Imperial y real Orden de Francisco José I, director emérito del Banco hipotecario de Moravia, y miembro de la Real e Imperial Sociedad Morava y Silesia para la mejora de la Agricultura, Ciencias naturales y conocimientos del País. A causa de una nefritis crónica, Gregor Johann Mendel murió el 6 de enero de 1884, a los 61 años de edad. Irónicamente, el abad que le sustituyó en el cargo, con el objeto de terminar las disputas con el gobernador sobre los impuestos especiales, ordenó quemar todos los papeles de Mendel, incluyendo inadvertidamente los originales de sus trabajos científicos. Esto ha creado una cierta polémica (como no podía ser menos en el campo de la ciencia), ya que algunos creen que manipuló sus trabajos, dada la dificultad de obtener resultados tan precisos con genes multifactoriales, otros creen que es un ejemplo de intuición correcta precientífica. Todos ellos olvidaban que el buen agustino cultivó más de 29.000 guisantes antes de obtener sus conclusiones.
Alrededor del año 1900, la teoría de la herencia combinada se había demostrado claramente insatisfactoria para explicar la herencia discontinua. Dos biólogos, el holandés Hugo de Vries y el alemán Karl Erich Correns, llegaron de forma independiente a las mismas conclusiones que Mendel. Revisando la literatura sobre el tema, hallaron el artículo en el que el sabio moravo había enunciado sus principios 35 años antes, y caballerosamente le otorgaron la prioridad del descubrimiento a Gregor Johann Mendel, dando publicidad mundial a sus observaciones 17 años después de su muerte. En 1905, el británico William Bateson consideró las leyes mendelianas como la base del estudio de la herencia. Aunque posteriormente se han descubierto numerosos principios que ilustran la complejidad de la herencia más allá de las 3 leyes mendelianas, la historia de la Biología le reconoce unánimemente como el descubridor de las Leyes de la genética, y fundador de esta especialidad.
Su nombre se emplea como nomenclatura de autoridad en la descripción y clasificación científica internacional.
_
Se permite la reproducción (inmodificada) parcial o total de este artículo, siempre que se haga de forma libre (lo que gratis recibisteis, gratis dadlo) y se haga constar el nombre del autor, la bitácora y el portal que lo aloja.
13 comentarios
Muchas gracias por el artículo, Luis, muy ilustrativo.
Un cordial saludo.
No es un tema de "corta y pega"; la cuestión es que aparece así en muchísimos lugares en español, e incluso alguno en inglés:
"5. Gregor Mendel-Angustuos (1865) works with peas to unveil the pattern of
inheritance and his studies allow him to associate inheritance with discrete
units, the genes".
http://arxiv.org/PS_cache/arxiv/pdf/1003/1003.0575v1.pdf
Y como es lógico, no se puede poner en solfa cada dato que proporcionen los biógrafos, de ahí que si es un error, se acabe extendiendo. Pero lo será o no, eso son los historiadores quienes tienen que decirlo. De todas formas, lo importante es otra cosa, no si se llamaba Angustuos, Paco o Manolo.
Un cordial saludo.
Si se fija un poco, podrá observar que aparece así en sitios en español en su inmensa mayoría, no lo hace en prácticamente ningún sitio en inglés o alemán. Incluso me da que los sitios en inglés en los que aparece, han tomado de fuente alguno español.
Lo utilizaré para publicarlo en una revistilla de divulgación profesional, citando la fuente, claro.
Y si me pasa Ud. alguna dirección postal, le mandaré copia una vez publicada.
-----------------------------------------
LA
Estimado Ricardo, ni este ni anteriores biografías sobre científicos católicos publicadas en esta bitácora son estudios originales, sino recopilación de fuentes y escritos anteriores, algunos libros y revistas, y páginas de internet. Por tanto, no tengo la propiedad intelectual de los datos aquí sintetizados. Puede usted emplearlos con total libertad, y tampoco es necesario que cite al autor.
Un saludo
Ëste es un articulito que se las trae, pues además de importante información biográfica y científica, aporta un enfoque muy interesante : el de un brillante científico que no obstante subordina la ciencia a sus deberes para con Dios.
Absolutizar lo que es relativo tiene un nombre : IDOLATRIA. Es poner a la criatura en el lugar que corresponde al Creador. Y aquí más todavía, ya que la ciencia es criatura de criatura.
Uno de sus trabajos cientificos es:
Mendel, G., 1866, Versuche über Pflanzen-Hybriden. Verh. Naturforsch. Ver. Brünn 4: 3–47
http://www.arteriasyvenas.org/index/gregorio_mendel
Dejar un comentario