(infoCatólica) Durante la entrevista en el programa Word on Fire Show, conducido por Matthew Petrusek, Mons. Robert Barron pone en relieve el impresionante crecimiento de la Iglesia en África. A lo largo de la conversación, el prelado subraya el contraste entre la vitalidad de la fe católica en África y la notable disminución de la práctica religiosa en Europa y América del Norte.
En la charla, titulada «¿Está resurgiendo el cristianismo?», Barron comenta el reciente dato preliminar que indica una leve disminución del número de personas que se identifican como sin religión en Estados Unidos. Aunque lo considera un dato alentador, aclara que el verdadero éxito en la evangelización proviene de África. «En Nigeria, el 94% de los católicos asisten a misa cada semana», afirma, en comparación con las cifras de Estados Unidos, donde «apenas alcanzamos el 30%».
El obispo explica que el fervor de los fieles africanos, tanto laicos como religiosos, se refleja en el auge de vocaciones sacerdotales y religiosas. «Seminarios y conventos en muchos países africanos están al máximo de su capacidad debido al aumento de vocaciones», señala el prelado, destacando que África ya es una magnífica realidad en la Iglesia global, no solo su futuro.
Uno de los temas clave de la entrevista es la primacía de lo sobrenatural en la evangelización africana. Mons. Barron señala que uno de los grandes problemas de la Iglesia en Occidente ha sido la tendencia a «naturalizar lo sobrenatural», lo que ha debilitado la eficacia del mensaje evangélico. «El mensaje central de la Iglesia es la existencia de Dios, la salvación a través de Jesucristo y la esperanza de la vida eterna», afirma el obispo. «Cuando reducimos lo sobrenatural a lo natural, la religión se convierte en un proyecto meramente mundano». Para Barron, esto ha llevado a que la Iglesia en Occidente se convierta en un reflejo de la cultura dominante, en lugar de una voz que desafíe e invite a trascender. En África, en cambio, el anuncio claro de lo sobrenatural sigue siendo el centro del mensaje evangelizador, lo que fortalece la fe y moviliza a los creyentes.
Otro aspecto central del éxito de la Iglesia africana es la firmeza con la que mantiene la ortodoxia doctrinal y moral. «Lo que el cardenal Dolan llama ‘ortodoxia afirmativa’ es predicar la verdad del Evangelio no con una actitud defensiva, sino desde la alegría y la confianza en su poder transformador», comenta Mons. Barron. En este sentido, el prelado sugiere que la Iglesia en Occidente debería aprender de la claridad y determinación con las que la Iglesia africana sostiene sus enseñanzas, incluso cuando estas chocan con algunas costumbres locales, como la poligamia.
En este punto, Mons. Barron hace una mención crítica a la situación de la Iglesia en Alemania. Cuestiona por qué la atención de muchos en la Iglesia global se centra tanto en Alemania y su Camino Sinodal, cuando la Iglesia está claramente en declive en ese país. «La Iglesia está muriendo en Alemania», afirma Barron, añadiendo que, en lugar de obsesionarse con lo que ocurre allí, se debería prestar más atención a lugares como Nigeria, donde la participación en la misa es impresionante. «¿Por qué no estamos estudiando lo que la Iglesia en Nigeria está haciendo tan bien?», se pregunta el obispo, sugiriendo que la vitalidad del catolicismo en África ofrece lecciones valiosas para Occidente.
El obispo también destaca la importancia de la evangelización de la cultura, señalando que no solo se trata de llevar el mensaje del Evangelio a las personas, sino también a las instituciones que forman la sociedad. «La Iglesia debe proclamar el señorío de Cristo tanto a cada persona como a las instituciones que configuran la cultura», explica el prelado, sugiriendo que es un terreno difícil pero esencial para la misión evangelizadora.
Mons. Barron también subraya los desafíos que enfrenta la Iglesia africana, especialmente en regiones como Nigeria, donde los católicos son objeto de persecuciones violentas. Según datos del Vaticano, en los últimos 15 años más de 50.000 católicos han sido asesinados en Nigeria por su fe y 18.000 iglesias han sido destruidas. El obispo, sin embargo, elogia el coraje y la fe de los católicos africanos, quienes siguen practicando y defendiendo su fe a pesar de estas adversidades. «Es trágico, pero a la vez un testimonio del poder de la cruz. La Iglesia en Nigeria está mostrando la fuerza del cristianismo a través del sacrificio de sus mártires», afirma.
Además, Barron critica algunas explicaciones llenas de desprecio que intentan minimizar el éxito de la Iglesia en África, como la idea de que este crecimiento se debe únicamente a la pobreza o a la falta de educación. «Es una explicación completamente condescendiente», sentencia. «Conozcan a los seminaristas y sacerdotes nigerianos, y díganme si creen que su fe se debe a la falta de opciones».
Finalmente, Mons. Barron concluye la entrevista instando a la Iglesia en Occidente a observar y aprender del ejemplo africano. «Deberíamos estar aprendiendo de su éxito, no aferrándonos a nuestras prerrogativas occidentales», afirma. «La Iglesia florece en África gracias, en parte, a los misioneros europeos que llevaron la fe allí. Ahora, en la providencia divina, tal vez sea el momento de que los africanos nos enseñen a nosotros».