(Vatican.news/InfoCatólica) El documento está estructurado en cinco secciones: introducción, fundamentos y tres partes centrales.
La introducción recuerda el camino recorrido hasta ahora y destaca los hitos ya alcanzados, como la generalización de la metodología sinodal de la Conversación Espiritual.
A continuación, los fundamentos (nn. 1-18) se detienen en la comprensión de la sinodalidad, vista como un camino de conversión y reforma. En un mundo marcado por divisiones y conflictos, se subraya, la Iglesia está llamada a ser signo de unidad, instrumento de reconciliación y de escucha para todos, especialmente para los pobres, los marginados y las minorías excluidas del poder.
Papel de la mujer
Los fundamentos también dan amplio espacio (nn. 13-18) a la reflexión sobre el papel de la mujer en todos los ámbitos de la vida de la Iglesia, subrayando «la necesidad de dar un reconocimiento más pleno» a sus carismas y vocación.
«Dios eligió a las mujeres como primeras testigos y heraldos de la Resurrección», recuerda la IL; por ello, «en virtud del Bautismo, gozan de plena igualdad, reciben la misma efusión de dones del Espíritu y están llamadas al servicio de la misión de Cristo..»
Participación y responsabilidad
En algunas culturas, señala la IL, «la presencia del machismo sigue siendo fuerte»; por ello, la segunda sesión sinodal pide «una participación más amplia de las mujeres en los procesos de discernimiento eclesial y en todas las etapas de los procesos de toma de decisiones», junto con «un acceso más amplio a los puestos de responsabilidad en las diócesis y en las instituciones eclesiásticas», así como en los seminarios, institutos y facultades de teología, y «un aumento del número de juezas en todos los procesos canónicos».
Las sugerencias se refieren también a las mujeres consagradas. Se subraya la necesidad de «un mayor reconocimiento y apoyo» a su vida y carismas, junto con «su empleo en puestos de responsabilidad».
Diaconado femenino
En cuanto a la admisión de las mujeres al ministerio diaconal, la IL informa que es solicitada por «algunas Iglesias locales», mientras que otras «reiteran su oposición» (n. 17).
El tema, se señala, «no será objeto de los trabajos» del próximo mes de octubre, por lo que es justo que «continúe la reflexión teológica.» En cualquier caso, la reflexión de la IL sobre el papel de la mujer «pone de relieve el deseo de fortalecer todos los ministerios ejercidos por los laicos (hombres y mujeres)», y también señala la petición de «laicos y laicas adecuadamente formados para contribuir a la predicación de la Palabra de Dios, incluso durante la celebración de la Eucaristía.» (n. 18).
Parte I - Relaciones con Dios, entre hermanos y entre las Iglesias
Después de la introducción y los fundamentos, la IL se centra en las relaciones (nn. 22-50) que permiten a la Iglesia ser sinodal en la misión: es decir, las relaciones con Dios Padre, entre hermanos y entre las Iglesias.
Los carismas, los ministerios y los ministerios ordenados son, por tanto, esenciales en un mundo y para un mundo que, en medio de muchas contradicciones, busca la justicia, la paz y la esperanza.
De las Iglesias locales emerge también la voz de los jóvenes, que piden una Iglesia no de estructuras, ni de burocracia, sino fundada en relaciones vividas y animadas por dinámicas y caminos.
Desde este punto de vista, la Asamblea de octubre podrá analizar la propuesta de crear nuevos ministerios, como el de «escucha y acompañamiento».
Parte II - Itinerarios formativos y discernimiento comunitario
Estas relaciones deben desarrollarse cristianamente por caminos (nn. 51-79) de formación y de «discernimiento comunitario», que permitan a las Iglesias tomar decisiones adecuadas, articulando la responsabilidad y la participación de todos.
La IL afirma que existe una «escuela de sinodalidad» en el entrelazamiento de las generaciones. Todos, «los débiles y los fuertes, los niños, los jóvenes y los ancianos» tienen «mucho que recibir y mucho que dar». (n. 55).
La importancia de la responsabilidad
«Una Iglesia sinodal requiere tanto una cultura como una práctica de transparencia y responsabilidad», reza la IL, «que son esenciales para fomentar la confianza mutua necesaria para caminar juntos y ejercer la corresponsabilidad en aras de la misión común» (n. 73).
El documento de trabajo subraya que hoy «la exigencia de transparencia y responsabilidad en y por la Iglesia ha surgido como consecuencia de la pérdida de credibilidad debida a los escándalos financieros y, más aún, a los abusos sexuales y otros abusos de menores y personas vulnerables. La falta de transparencia y responsabilidad alimenta el clericalismo». (n. 75).
Se necesitan estructuras de evaluación
La rendición de cuentas y la transparencia, insiste la IL, también afectan a «los planes pastorales, los métodos de evangelización y la forma en que la Iglesia respeta la dignidad de la persona humana, por ejemplo, en lo que respecta a las condiciones de trabajo dentro de sus instituciones». (n. 76).
De ahí que surjan como necesarias «estructuras y formas de evaluación periódica de cómo se ejercen las responsabilidades ministeriales de todo tipo» (n. 77).
La Iglesia debe garantizar, explica la IL, la publicación de un informe anual tanto sobre la gestión de los bienes y recursos, como sobre la ejecución de las misiones, incluyendo «una ilustración de las iniciativas emprendidas en el ámbito de la salvaguardia (protección de menores y personas vulnerables)» (n. 79).
Parte III - Lugares de diálogo ecuménico e interreligioso
La IL analiza a continuación (nn. 80-108) los lugares en los que toman forma las relaciones y los caminos.
Invitando a superar una visión estática de las experiencias eclesiales, el documento de trabajo reconoce su pluralidad. En este contexto se sitúan los grandes temas del diálogo ecuménico, interreligioso y cultural.
También en este contexto encontramos la búsqueda de formas de ejercicio del ministerio petrino abiertas a la «nueva situación» del camino ecuménico (nn. 102 y 107).
Peregrinos de la esperanza
El Instrumentum laboris concluye con una invitación a continuar el camino como «peregrinos de la esperanza» en vista del Jubileo de 2025 (n. 112).
Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com