(CatholicHerald/InfoCatólica) El Consejo Médico General (GMC) ha absuelto a un experimentado neurólogo que ha sido investigado durante tres años acusado de «mala praxis» tras dar una opinión médica a favor de mantener el soporte vital a un paciente, en un caso judicializado sobre el final de la vida.
El doctor Patrick Pullicino, de 74 años, quien tras jubilarse fue ordenado sacerdote de la arquidiócesis de Southwark, se ha enfrentado a una investigación del organismo regulador que podría haberle impedido ejercer la profesión.
En 50 años de carrera profesional, nunca se había enfrentado a una investigación sobre su aptitud para el ejercicio de la profesión hasta que fue denunciado por Celia Kitzinger, defensora del suicidio asistido. El caso se centró en la cuestión de si las creencias provida del Dr. Pullicino influyeron en su opinión médica. Después de la investigación de tres años, el GMC no encontró evidencia que sugiriera que la competencia u objetividad del experto neurólogo hubieran sido comprometidas por sus creencias religiosas.
El padre Pullicino, que contó con el apoyo del Christian Legal Centre durante todo el proceso, fue uno de los pocos médicos que dieron la voz de alarma en 2012 sobre los abusos cometidos en el marco del Liverpool Care Pathway, lo que llevó a la abolición del protocolo al final de la vida dos años más tarde.
¿Es compatible ser católico y/o provida con emitir una opinión médica imparcial?
La investigación del GMC se centró en el papel del padre Pullicino en el caso de "RS", un hombre polaco de mediana edad que había sufrido daños cerebrales tras un ataque al corazón en diciembre de 2020.
El equipo clínico de un hospital de Plymouth había pronosticado que RS no tenía perspectivas de recuperarse más allá de pasar el resto de su vida en un «estado mínimamente consciente» y el Tribunal de Protección autorizó la retirada de la nutrición y los fluidos alegando que no era en el «mejor interés» del paciente que se le mantuviera con vida.
La madre y las dos hermanas de RS pidieron al profesor Pullicino que actuara como perito médico, pero el juez del Tribunal Superior, el Sr. Cohen, criticó duramente su opinión de que eran necesarias más observaciones y pruebas para un pronóstico fiable y no le admitió como perito. Finalmente le fue retirada la nutrición y líquidos y RS falleció.
El Tribunal rechazó asimismo la opinión de un neurocirujano polaco, cuyo nombre no puede revelarse por motivos legales, que coincidió con él en que RS había fallecido por deshidratación tras retirarle la alimentación y los líquidos en enero de 2021.
La Sra. Celia Kitzinger, que había estado siguiendo el caso y los procedimientos judiciales, acusó al profesor Pullicino de parcialidad por «intentar salvar la vida de un paciente» y especuló con que «podría haber diagnosticado mal deliberadamente al paciente con la esperanza de salvarle la vida» después de haber prestado asistencia urgente el día de Navidad, durante el encierro, a una familia que se enfrentaba a una tragedia.
En una queja escrita al GMC, Kitzinger acusó al doctor Pullicino de parcialidad por ser católico y haber expresado «valores provida» en la sala. En mayo de 2021, el GMC notificó al Dr. Pullicino que había iniciado una investigación sobre su aptitud para ejercer basándose únicamente en la queja de la Sra. Kitzinger. El Consejo suspendió al doctro su revalidación periódica durante la investigación.
Tres años después, el GMC ha concluido el caso declarando: «El Dr. Pullicino es un neurólogo consultor experimentado, con registro de especialista y licencia para ejercer, y no tenemos pruebas que sugieran que carece de competencia para evaluar el nivel de consciencia de un paciente».
Añade: «No tenemos pruebas para apoyar una alegación de que [su opinión médica] era inexacta». «Concluimos que no hay perspectivas realistas de probar estas alegaciones y se dan por concluidas sin tomar medidas».
En cuanto a las creencias del Dr. Pullicino, el GMC dictamina: «No se aportó ninguna prueba que apoyara la alegación de que la fe religiosa o las creencias personales del Dr. Pullicino afectaran a su opinión sobre el paciente RS».
El padre Patrick Pullicino declaró: «Me siento aliviado y satisfecho de que el GMC se haya negado a tomar ninguna otra medida contra mí». «En una situación de emergencia, fui emboscado en la sala del tribunal y luego fui objetivo de una militante del 'derecho a morir' con una agenda para atacar, desacreditar y caricaturizar mi opinión médica».
«Desde el principio fue un claro ataque discriminatorio contra la opinión médica que di porque soy un sacerdote católico y creo que los profesionales médicos deben hacer todo lo posible para salvar la vida de otro ser humano».
«El GMC nunca debería haber permitido que procediera una investigación contra mí, que estaba tan claramente dirigida contra mis creencias religiosas y basada en ellas. Me preocupa que se haya tardado tanto en reivindicarme y exculparme».
Celia Kitzinger, catedrática de género y sexualidad en la Universidad de York, se describe a sí misma como «una académica-activista con formación en psicología académica» y es conocida por su recurso contra la ley británica que no reconoce su matrimonio homosexual registrado en Canadá.
Más recientemente, como codirectora de Open Justice Court of Protection Project, comentó extensamente sobre casos de final de la vida, y abogó por fortalecer aún más el derecho de los pacientes y las familias a rechazar el tratamiento de soporte vital.
En su denuncia, llamó la atención del GMC sobre la conferencia pública del Dr. Pullicino en 2019, en la que sugirió que «la interrupción de la alimentación y el agua es una forma de eutanasia» y sugirió que «el Dr. Pullicino se dejó utilizar como herramienta de un grupo de campaña religioso».
Concluyó que el médico «se encontró en connivencia con activistas 'provida' para obtener un nuevo diagnóstico del paciente, en un intento de revertir la decisión del tribunal de retirarle el tratamiento».
Declaraciones de Andrea Williams, directora ejecutiva del Centro Jurídico Cristiano
Andrea Williams, directora ejecutiva del Christian Legal Centre (Centro Jurídico Cristiano), que ha asistido al sacerdote y neurólogo investigado y perseguido, ha declarado después del fin de la investigación por el GMC:
«No debe escapársenos la ironía de que se trate de un médico investigado por intentar realmente salvar una vida. En un mundo donde la verdad es cada vez más extraña que la ficción, estamos viendo cómo médicos que trabajan para salvar vidas se convierten en los investigados por el GMC. Esto nos dice bastante sobre la cultura del GMC».
«Estamos encantados de que el Dr. Pullicino haya sido absuelto, pero es muy preocupante que este caso haya llegado tan lejos. El caso pone de manifiesto la creciente presión sobre los profesionales médicos para que se alineen con sus colegas que hayan tomado una decisión controvertida de poner fin a la vida de un paciente. En casos delicados relacionados con el final de la vida, los expertos médicos que disienten se arriesgan a duras críticas por parte de tribunales y activistas, lo que conduce a investigaciones prolongadas y estresantes por parte de los reguladores profesionales».
En este caso, un distinguido catedrático de Neurociencias, con un historial intachable, ha sido arrastrado por el fango porque una catedrática de Género y Sexualidad se escandalizó de que su opinión médica fuera «provida».
Pero no es esta la primera vez que el GMC ha procedido contra un profesional médico cristiano a causa de una única queja mezclando argumentos seculares con discriminación religiosa. «Se trata de un ataque dirigido por Kitzinger que el GMC permitió que prosiguiera cuando la denuncia debería haber sido desestimada a las primeras de cambio».
«En lugar de ello, un respetado profesional ha tenido que soportar durante tres años el estrés y la sombra de una investigación». «Necesitamos más médicos y expertos dispuestos a defender sin miedo el derecho a la vida de los pacientes», concluye la directora ejecutiva del Centro Jurídico Cristiano