(LifeSiteNews/InfoCatólica) Monseñor Stanislaw Gadecki publicó esta semana firmes palabras en defensa de la vida, declarando que las leyes que permiten el aborto y la eutanasia son injustas y que todas las personas, no sólo los católicos, deben valorar la vida humana desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.
«Debido a las opiniones cada vez más presentes en el espacio público sobre la supuesta necesidad de ampliar el acceso al aborto, he querido recordar la postura de la Iglesia Católica sobre la cuestión del derecho a la vida», escribió el presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, en un comunicado publicado el viernes.
El arzobispo Gądecki subrayó que la responsabilidad de proteger y defender la vida no es sólo de los católicos, sino de todos.
«Todas las personas de buena conciencia –no sólo los miembros de la Iglesia Católica– se enfrentan a la obligación moral de respetar la vida humana desde su comienzo hasta la muerte natural», afirmó. «Esta es una enseñanza que se refiere a la ley natural, que es vinculante para la conciencia de todas las personas».
Este comunicado se ha publicado después de que la Coalición Cívica (KO) del recién elegido Primer Ministro de Polonia, Donald Tusk, haya presentado un proyecto de ley al parlamento que legalizaría todos los abortos hasta la semana 12 de embarazo, y en varios supuestos hasta plazos más avanzados.
Actualmente, el aborto es ilegal en Polonia, salvo en casos de violación, incesto o para salvar la vida de la madre. Los antiabortistas señalan que los bebés no nacidos no son culpables de las circunstancias de su concepción, y que el asesinato deliberado de un bebé antes de nacer es moralmente injustificable y nunca médicamente necesario. Las intervenciones médicas para tratar abortos espontáneos o embarazos ectópicos no son abortos.
El Primer Ministro Tusk, que forma parte de un cambio gubernamental en el país que se aleja del liderazgo conservador y se acerca a una postura pro Unión Europea, reconoció en una entrevista que probablemente no podría conseguir votos suficientes para impulsar una flexibilización de las leyes sobre el aborto del país, tradicionalmente católico, pero sugirió que ese cambio podría hacerse por otros medios, como «reglamentos, decisiones administrativas, persuasión y ciertas políticas llevadas a cabo por el Ministerio de Sanidad».
En su declaración, el arzobispo Gądecki instó, por el contrario, a todas las personas de Polonia a adoptar una postura provida, incluidos los legisladores.
«En el espíritu de responsabilidad por la Iglesia en Polonia y por el bien de nuestra patria común, hago un llamamiento a todas las personas de buena voluntad para que se declaren inequívocamente a favor de la vida», dijo el arzobispo. También hizo un llamamiento a los legisladores del país y al presidente católico provida «para que den testimonio de una verdadera preocupación por la vida indefensa y no nacida».
Citando en gran medida la encíclica Evangelium Vitae de 1995 del Papa Juan Pablo II en su declaración, el arzobispo afirmó que cualquier ley que permita el asesinato del no nacido en el vientre materno, o el asesinato de enfermos terminales, es injusta en sí misma.
«En el caso de una ley intrínsecamente injusta, como una ley que permite el aborto o la eutanasia, no es lícito, por tanto, obedecerla, o 'tomar parte en una campaña de propaganda a favor de tal ley, o votar por ella'», reza la encíclica papal.
«El aborto y la eutanasia son, pues, crímenes que ninguna ley humana puede pretender legitimar», afirma también el documento. «No hay obligación en conciencia de obedecer tales leyes; en cambio, hay una grave y clara obligación de oponerse a ellas mediante la objeción de conciencia».
Para concluir, Gądecki se opuso a la afirmación hiperdemocrática y relativista de que la moralidad viene determinada por el voto de la mayoría.
«Lo que es correcto no está determinado por el número de partidarios de un punto de vista dado», dijo. «Lo correcto -y sobre todo la razón ética- está a menudo del lado de la minoría», incluso, a veces, de un solo «individuo con una conciencia bien formada».
Queda por ver si los esfuerzos por «liberalizar» la legislación polaca sobre el aborto tomarán forma en los próximos meses.
Hasta la fecha, Polonia ha destacado por ser uno de los pocos países (junto con Estados Unidos y El Salvador) que han reforzado su protección legislativa del no nacido en los últimos años, mientras que otros países han eliminado la protección de los bebés no nacidos.