(Actuall/InfoCatólica) Belén, una mujer de 54 años que reside en Santiago de Compostela, padece esclerosis múltiple y, al ver como empeoraban sus problemas de movilidad, pidió que le practicasen la eutanasia.
Es importante aclarar que el suicidio es el acto por el cual, voluntariamente, uno se da la muerte a sí mismo. Un suicidio directo que puede llevarse a cabo de distintas maneras, entre ellas la eutanasia que –aunque la exija el suicida– es un asesinato encubierto porque son otros quienes lo llevan a cabo.
Quienes defienden el suicidio, usualmente lo hacen con los siguientes argumentos:
«El hombre al ser libre es dueño de su vida». Esto es falso: la vida solamente pertenece a Dios; poco importa que una sociedad descristianizada niegue la existencia de Dios; una postura tan absurda como la de quien niega la existencia de la Gran Muralla porque jamás viajó a China.
«El que se mata sólo se perjudica a sí mismo». Falso: el hombre no tiene obligaciones solamente consigo mismo sino también con su familia, con la sociedad y con la patria. Por lo tanto, quitarse la vida perjudica a los suyos, a quienes dependen de él y a la nación que pierde a uno de sus miembros.
«El hombre se puede quitar la vida cuando es totalmente infeliz». Falso: suele ocurrir que quien a gritos pide la eutanasia no pide tanto que le maten sino más bien que alivien sus dolores. Y el dolor, gracias a los prodigiosos adelantos de la medicina, puede aliviarse con diversos medicamentos y otros tratamientos.
En el caso de la madre de Belén, pidió la ayuda de una institución benemérita que ha ganado ya varios litigios: Abogados Cristianos.
Una vez que dicha institución se hizo cargo del problema, se apoyó en la diferencia que existe entre legalidad y legitimidad.
- Legalidad: Consiste en el cumplimiento de los requisitos necesarios para que una norma tenga el carácter de Ley.
- Legitimidad: Consiste en la bondad y justicia de la norma o sea que ésta se halle en plena concordancia con el Derecho Natural.
Según lo anterior, la eutanasia es legal porque fue aprobada por el Congreso. Sin embargo, no es legítima debido a que no busca ni el bien común ni la justicia social.
Esa es la razón por la cual Abogados Cristianos, apoyándose en fundamentos éticos, se opuso a una ley ilegítima que encaja dentro del positivismo jurídico de Hans Kelsen, quien con su «Teoría pura del Derecho», llegó a sostener la barbaridad de que bastaba que una norma fuese aprobada por cualquiera de los tres poderes para que automáticamente se transformase en una ley buena.
Dentro de sus argumentos jurídicos, Abogados Cristianos sostuvo que los protocolos están fallando dado que, sin proveer un tiempo suficiente para analizar la situación, se aboca a las personas con problemas a quitarse la vida sin ofrecerles alternativas.
Según esto, pueden darse casos extremos como de quien ya no desee seguir viviendo porque está sumamente deprimido porque se le murió su mascota.
Afortunadamente, ya sea por las lágrimas de su madre o ya sea el buen trabajo de Abogados Cristianos, Belén recapacitó pidiendo que la eutanasia fuese suspendida.