(InfoCatólica) El pasado 10 de octubre, doce diputados de Morena, Movimiento Ciudadano, PRI, PVEM y PRD, presentaron una iniciativa de reforma constitucional para incorporar la eutanasia a la Ley General de Salud de México. La iniciativa propone derogar el artículo 166 Bis 21 de la Ley General de Salud, que reza así:
«Queda prohibida la práctica de la eutanasia, entendida como homicidio por piedad, así como el suicidio asistido conforme lo señala el Código Penal Federal, bajo el amparo de esta ley. En tal caso se estará a lo que señalan las disposiciones penales aplicables».
La diputada Irma Juan Carlos (Morena) presentó la iniciativa a fin de incluir en el artículo 1º de la Constitución Política que el derecho a la vida y muerte digna se reconocen en México. Por lo tanto, de aprobarse estará permitida la eutanasia en los términos que establezca la ley.
El proyecto de ley ha llegado ya a la Comisión de Salud del parlamento federal mexicano, cuyo presidente, Emmanuel Reyes Carmona (Morena), ha declarado a los medios que «esta iniciativa tiene que ver con un problema serio de salud que hemos detectado a lo largo de estos últimos años y hay estudios muy claros del Comité de Ética y Bioética de la UNAM que nos dejó claro que estaríamos ya en condiciones de transitar a la eutanasia o la muerte digna».
Una vez se apruebe en la comisión de salud, el texto pasará a ser debatido y votado en el pleno. Las posiblidades de que salga adelante son muy altas.
La Conferencia Episcopal Mexicana ha publicado un comunicado rechazando la reforma de la ley:
Comunicado acerca de la reforma legislativa sobre la Eutanasia
— CEM (@IglesiaMexico) November 27, 2023
En días recientes, se ha difundido de una iniciativa de reforma a la Ley General de Salud, que propone la introducción de la eutanasia en nuestro país. La muerte, que es inevitable, no puede ser tomada a la ligera. pic.twitter.com/tOYMWvjI0v
Los obispos recuerdan que la muerte, «que es inevitable, no puede ser tomada a la ligera. La Declaración «lura et bona» sobre la eutanasia dice: «es necesario reafirmar con toda firmeza que nada ni nadie puede autorizar la muerte de un ser humano inocente, sea feto o embrión, niño o adulto, anciano, enfermo incurable o agonizante. Nadie además puede pedir este gesto homicida para sí mismo o para otros confiados a su responsabilidad ni puede consentirlo explícita o implícitamente. Se trata en efecto de una violación de la ley divina, de una ofensa a la dignidad de la persona humana, de un crimen contra la vida, de un atentado contra la humanidad» (CDF 05/05/1980)».
Aseguran, además, que «ante la enfermedad y el dolor nos puede venir la inclinación de considerar la eutanasia como una opción nacida de la compasión. No obstante, arrebatar la vida a otra persona más que un acto de compasión es un gesto de abandono, por lo que la eutanasia es siempre, un atentado en contra de la dignidad de la persona. La verdadera compasión significa «padecer con». La compasión se acompaña de una acción que busca el bien objetivo del otro, y no su eliminación, como sucede en la eutanasia. La sola posibilidad de la eutanasia ya elimina toda esperanza, y sin ella, el ser humano pierde el sentido de la vida. La clave está en entender la diferencia entre «provocar la muerte» (matar) y «permitir la muerte» (aceptar su fin natural)».
En el comunicado los obispos indican que «a estos argumentos de la razón, los fieles también y, sobre todo, tenemos presente la luz de la revelación divina que nos recuerda que es Dios Padre quien nos ha creado y nos da la vida, y desea recibirnos en sus brazos amorosos en la eternidad cuando Él nos llame. Quitar la vida no es, ni puede ser un gesto de amor filial ante Él. Desde la fe, por tanto, reafirmamos que no es licito procurar la eutanasia que elimina la vida de una persona, y no es licito tampoco que se realicen actos legislativos o judiciales que intenten legitimar un acto intrínsecamente contrario al respeto de la vida humana como don de Dios. Reafirmamos que se puede y se deben procurar todos los medios clínicos y psicoterapéuticos para acompañar al enfermo y aliviar su dolor».
«Nunca será ético que se use el dolor o se hable de libertad en el sufrimiento para arrebatarse o arrebatar la vida», aseguran
Los prelados citan también las palabras del Papa a los médicos el 21 de octubre de 2022 , cuando el Pontífice aseveró que «por su naturaleza tienen la vocación de proporcionar cuidados y alivio, ya que no siempre pueden curar, pero no podemos pedirles que maten a sus pacientes» y que «si matamos con justificaciones, acabaremos matando cada vez más […] me atrevo a esperar que en temas tan esenciales el debate pueda realizarse con la verdad para acompañar la vida hasta su fin natural y no dejarnos atrapar por esta cultura del descarte que hay en todas partes».
El texto concluye exhortando «a toda la Iglesia peregrina en México, a los fieles de buena voluntad, y a los tomadores de decisión en los poderes públicos, a que dirijan sus esfuerzos a poner medios paliativos para atender el dolor en la enfermedad, sin jamás abrir la puerta a acciones que directamente quitan la vida a un ser humano, lo solicite o no. No perdamos nuestra humanidad con acciones que nos deshumanizan».