(Agencias/InfoCatólica) Mons. Grech ha subrayado que está terminantemente prohibido divulgar las contribuciones propias o de terceros expresadas en los grupos lingüísticos o en las asambleas plenarias, así como realizar grabaciones de audio o videos.
De esta manera, se busca garantizar que todos los participantes puedan expresar libremente sus pensamientos en un entorno protegido durante el Sínodo. Además, Grech ha indicado que la obligación de mantener la discreción continúa vigente hasta el final de la asamblea sinodal.
El reglamento también incluye otras normativas, como la obligación de que los participantes notifiquen por escrito con antelación cualquier posible ausencia, que solo se permitirá en casos de «motivos graves». También se establecerá un comité de resolución de disputas, en el cual participará el obispo alemán Felix Genn de Münster.
Por su parte, el cardenal Jean-Claude Hollerich, relator general del Sínodo, presentó el documento base de los trabajos en el Aula Pablo VI y dio inicio al primer módulo de debate titulado 'Por una Iglesia sinodal. Una experiencia integral'.
Durante su discurso, Hollerich destacó que el camino sinodal hasta el momento ha dejado una «memoria colectiva» que incluye pensamientos, emociones, sentimientos, intuiciones, dudas, miedos y entusiasmo. Instó a los participantes a conectarse con esta memoria colectiva del Pueblo de Dios, no limitándose a su experiencia personal.
El objetivo, según Hollerich, es mantener un equilibrio entre los Círculos Menores y la Congregación General, promoviendo una visión general del Sínodo y evitando la dispersión en los detalles. También resaltó la importancia de concretar los temas para evitar la abstracción y la generalización.
Cuatro minutos para hablar
En los Círculos Menores, que concluirán en la mañana del sábado 7 de octubre para este primer módulo, los padres sinodales dispondrán de cuatro minutos para expresar lo que consideren más importante y significativo. Hollerich instó a que se destaquen tanto los aspectos claros como aquellos en los que aún se necesita trabajo, sin temor a señalar las razones de la incertidumbre o la duda.
Hollerich sugirió que los participantes se inspiren en el episodio de los discípulos de Emaús del Evangelio de Lucas, confiando en que, gracias a la obra del Espíritu Santo, encontrarán consuelo en sus corazones, lo cual es fundamental para un buen discernimiento.