(Katolisch/InfoCatólica) Al final del Sínodo de los Jóvenes en 2018, el Papa dijo a los participantes, mutatis mutandis, que los papeles del Vaticano no se leían demasiado y que los propios participantes en el Sínodo eran ahora embajadores y tenían que vivir lo que se había discutido y escrito, dijo Oster. «En última instancia, se trata de que los que experimentan la sinodalidad en el Sínodo Mundial vuelvan a casa e intenten vivir y establecer la sinodalidad en sus zonas de la Iglesia, en sus diócesis». El obispo explicó que en su diócesis también estaba intentando encontrar formas de implicar al mayor número posible de personas en la toma de decisiones. Esperaba que esto sirviera de impulso.
A diferencia del Sínodo Mundial, el Camino Sinodal de la Iglesia en Alemania se centró sobre todo en los cambios doctrinales. El estudio del MHG (ndr:sobre los abusos del clero) como desencadenante del Camino Sinodal había enumerado las causas sistémicas del escándalo de los abusos.
«Y por eso mucha gente en nuestro país también ve las cuestiones doctrinales como parte de lo sistémico». Como ejemplos, Oster citó la moral sexual de la Iglesia o la participación de las mujeres como posibles factores sistémicos. «Ya son cuestiones de peso que también pueden plantearse con cierta justificación.
En mi opinión, también hay preguntas de peso sobre lo que fundamentalmente nos distingue como iglesia, a saber, la sacramentalidad», dijo Oster. Por eso también había adoptado una posición crítica respecto al Camino sinodal.
El Papa aún no ha planteado la cuestión de cambiar la doctrina
En el proceso sinodal mundial, en cambio, hay otra cuestión en primer plano: «¿Cómo podemos ser todos juntos Iglesia, en el buen sentido, para el mañana? Las cuestiones doctrinales desempeñan un papel secundario, aunque aparezcan, por ejemplo, en el Instrumentum laboris, «pero no en el sentido de 'Ahora cambiamos la doctrina', sino más bien, por ejemplo, 'Cómo podemos permitir que las personas de la comunidad LGBTQ participen mejor'. Cómo podemos ayudarles a que no se sientan excluidos», explicó Oster. «Ahí es donde probablemente mucha gente diría ahora: 'Vale, entonces tenemos que cambiar la enseñanza'. Esa es la pregunta que no se hace Roma y que no se hace el Papa, al menos de momento».
Mons. Oster dijo en la entrevista que estaba «muy sorprendido» por su nombramiento como participante en el Sínodo Mundial, puesto que Conferencia Episcopal Alemana había nombrado previamente como participantes a su presidente, monseñor Georg Bätzing (Limburgo), a monseñor Bertram Meier (Augsburgo) y a monseñor Franz-Josef Overbeck (Essen) y que él no sospechaba que fuera a ser nombrado por el Papa. Además de a Oster, el Papa también ha designado para participar en el Sínodo, entre los prelados alemanes, al obispo de Münster, Felix Genn, y al ex prefecto de la Fe, el cardenal Gerhard Ludwig Müller.