(CNAd/InfoCatólica) En una entrevista concedida el lunes al diario Kronen Zeitung, Kräutler respondió con esas palabras a la pregunta de si el papa Francisco ha «fracasado».
El obispo indicó que el mismo no sabía por qué había habido una euforia de optimismo en relación con el Concilio Vaticano II, mientras que hoy en día había pocos indicios de ello:
«Cuando se convocó el Concilio, uno tenía realmente la impresión de que la Iglesia abría ahora todas las ventanas para que entrara un soplo de aire fresco. Fue el mayor acontecimiento eclesial del siglo XX. Sin duda alguna».
Pero a la vez, tuvo «la sensación de que en muchas diócesis los documentos del Vaticano II aún no han llegado del todo», dijo Kräutler.
El obispo causó revuelo dentro de la Iglesia en el Sínodo Amazónico en el Vaticano en 2019, al afirmar que los indígenas «no pueden entender» el celibato.
No se sabe si con el próximo Papa las cosas serán diferentes de lo que han sido bajo el Papa Francisco, dijo Kräutler en la entrevista. «Los cardenales de la Curia siguen siendo muy poderosos. Pero allí también hay personalidades maravillosas que no se amurallan. Cuando Juan XXIII fue elegido, mucha gente se echó las manos a la cabeza y pensó que sólo era un Papa de transición. Una gran falacia. Quizá se produzca de nuevo el milagro y el Espíritu Santo descienda sobre el cónclave».
Sobre su estancia en Brasil, Kräutler, que ahora vive de nuevo en Austria, dijo:
«Nunca hice proselitismo de nadie, sino que viví con la gente, porque una cosa me quedó muy clara: la Iglesia tiene el mandato de señalar a los responsables del gobierno que la pobreza no es un destino, sino que se hace.»
Kräutler fue obispo de la antigua prelatura territorial de Xingu, en la región amazónica de Brasil -abolida por el Papa Francisco en 2019-, de 1981 a 2015. Nacido en Knoblach, en Vorarlberg, en 1939, ingresó en la Congregación de los Misioneros de la Preciosa Sangre (CPPS) en 1958. Fue ordenado sacerdote en 1965 y tiene la nacionalidad brasileña y austriaca.