(Fides/InfoCatólica) El Patriarca caldeo ha rendido homenaje a María como inspiradora de la cercanía entre los creyentes del Islam y del Cristianismo durante la velada de diálogo islámico-cristiano organizada en Bagdad con la contribución organizativa del movimiento católico francés Efèsia (que desde hace años organiza encuentros bajo el título «Ensamble avec Marie»), de L'œuvre d'Orient y de los Padres Dominicos de Bagdad.
Al encuentro, dedicado al tema «La Virgen María nos une» y celebrado el 24 de febrero en la catedral latina de Bagdad, han asistido también un grupo de religiosos chiíes de Nayaf y miembros del Consejo Jurídico suní de Bagdad. Durante la velada, que ha culminado con algunos discursos sobre la condición de la mujer, se han leído fragmentos del Evangelio y del Corán.
En su discurso, el Patriarca Sako ha subrayado que las diferencias doctrinales entre el cristianismo y el islam en torno a la figura de María pueden «ser evaluadas y comprendidas objetivamente» en el contexto de unas relaciones sinceras. En la experiencia cristiana - ha señalado el Patriarca – la persona de María está vinculada al misterio de Cristo. Su papel y su grandeza se reconocen y celebran «a través de su relación con su Hijo, y nunca separada de Él». La fe y la esperanza de María «descansan en su absoluta confianza en Dios y en su total abandono en Él».
A continuación, refiriéndose a la «mariología islámica», el cardenal iraquí ha recordado que el Corán habla de María en varias ocasiones y le dedica toda una Sura. El Libro Sagrado del Islam reconoce la virginidad de la Madre de Cristo y su pureza inmaculada. En el Corán se hace referencia a todas las etapas de la vida de María: la Anunciación, su embarazo, el nacimiento de Jesús, la presentación en el templo y la Dormición. Además, el Primado de la Iglesia caldea ha señalado que «María ocupa un lugar especial en la piedad popular islámica, ya que las mujeres musulmanas visitan constantemente los santuarios marianos».
A modo de epílogo de su discurso, el Patriarca Sako ha querido subrayar que «el cristianismo considera al hombre y a la mujer como creados a imagen y semejanza de Dios», y por tanto dotados de la misma dignidad y derechos. El cristianismo -ha añadido el cardenal- rechaza la poligamia por ser contraria al plan de Dios expresado en la creación. «Dios - ha dicho entre otras cosas el Patriarca Sako - podría haber dado a Adán más mujeres como compañeras, pero en lugar de eso sólo le dio una, Eva». Respetando el orden de la creación querido por Dios, el cristianismo «considera la poligamia contraria a la naturaleza humana y a la voluntad de Dios», y reconoce que «sólo el matrimonio entre un hombre y una mujer es fuente de estabilidad y armonía».