(Life News/InfoCatólica) En mayo de 2019, Trump aprobó disposiciones que protegen aún más a los médicos, enfermeras y profesionales médicos que no quieren ser obligados a realizar abortos o referirlos. Trump anunció nuevas regulaciones a través del Departamento de Salud y Servicios Humanos para cumplir de manera más efectiva las leyes federales existentes que protegen los derechos de conciencia de los proveedores de atención médica.
A pesar de que la ley actual ha protegido los derechos de conciencia durante más de 30 años, la falta de regulaciones dio lugar a confusión y falta de conciencia dentro de la comunidad sanitaria, dejando al personal sanitario provida vulnerable a la discriminación y obligándoles a abandonar sus especialidades en un momento de escasez de atención sanitaria.
Las 440 páginas de nuevas regulaciones, emitidas por el Secretario del HHS Alex Azar, habrían proporcionado un respaldo normativo a los derechos de conciencia de la Primera Enmienda de los estadounidenses que trabajan en la profesión médica y ayudarán a garantizar que ningún médico o enfermera se vea obligado a violar su conciencia mientras sirve a los pacientes.
La disposición ejecutiva de Trump habría despojado de la financiación federal de los contribuyentes a cualquier entidad médica que intentara obligar a los trabajadores médicos cristianos a promover o realizar abortos.
Desafortunadamente, la normativa de Trump fue bloqueada en los tribunales después de que los activistas proaborto presentaron una demanda.
Ahora, Biden quiere derogar la norma provida para que nunca se aplique.
En un comunicado, el Departamento de Salud y Servicios Humanos dijo que su propuesta «restauraría el proceso de larga data para el manejo de quejas de conciencia y proporcionaría salvaguardas adicionales para proteger contra la discriminación religiosa y de conciencia.»
La propuesta, publicada el jueves, rescindiría parcialmente la legislación de 2019 de la administración Trump que habría despojado de fondos federales a los centros de salud que requerían que los trabajadores brindaran cualquier servicio al que se opusieran, como abortos, anticoncepción, atención de afirmación de género y esterilización.
«Algunos médicos, enfermeras y hospitales, por ejemplo, se oponen por razones religiosas o morales a proporcionar o derivar abortos o suicidios asistidos, entre otros procedimientos. Respetar tales objeciones honra la libertad y la dignidad humana. También redunda en beneficio de la profesión médica», afirmaba la propuesta.
Pero al mismo tiempo, señalaba que «los pacientes también tienen autonomía, derechos y convicciones morales y religiosas. Y tienen necesidades sanitarias, a veces urgentes. Nuestros sistemas sanitarios deben prestar servicios eficaces a todos los que los necesiten para proteger la salud y la dignidad de los pacientes.»
Aunque la Constitución y numerosas leyes federales protegen firmemente los derechos de conciencia de los profesionales de la medicina, estas leyes se están violando al obligar a médicos, enfermeras y estudiantes de medicina a participar en abortos.