(Abc/InfoCatólica) El currículo definitivo de Religión vio la luz el pasado viernes tras publicarse en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Este, a diferencia de lo que ocurre con el resto de las asignaturas, es elaborado en su totalidad por la jerarquía eclesiástica, a quien «corresponde señalar los contenidos de la enseñanza y formación religiosa católica», según reza el Acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede sobre Enseñanza y Asuntos Culturales.
El currículo se ha renovado por la aprobación de la nueva norma educativa, la Lomloe, más conocida como 'ley Celaá' e incluye los contenidos para todas las etapas: Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato.
Jesucristo y la ONU
Sin embargo, en estas aparecen conceptos muy similares o más bien idénticos a los que ha usado el Gobierno en el resto de asignaturas, sobre todo en la de Valores Cívicos y Éticos.
Esta es la polémica materia que 'sucede' a Educación por la Ciudadanía, que también fue muy contestada por la comunidad educativa. Así, todas las etapas mencionan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, tal como lo hace Valores. Por ejemplo, en el caso de Bachillerato, en el mismo apartado de saberes básicos donde también aparecen los principios fundamentales de la doctrina social de la Iglesia (DSI), se señala que los alumnos deberán adquirir el «conocimiento y valoración de las diferentes iniciativas mundiales que buscan lanzar proyectos de futuro sostenible, en especial los objetivos de desarrollo sostenible (ODS)», señala el currículo publicado en la página web del BOE. «El proyecto de Dios anunciado en Jesucristo, la fraternidad universal, proporciona un horizonte trascendente que confirma nuestro compromiso con los objetivos de desarrollo sostenible y los derechos humanos», dice el currículo de Primaria. «El currículo no aborda todos los temas que deberían tratarse en clase de Religión Católica y se ha transformado en un híbrido entre Valores Cívicos y Éticos y Religión; ahora las dos asignaturas se parecen mucho entre sí», dice un representante de varios centros educativos de ideario católico.
«Ciudadanía global»
Pero al margen de los ODS, el currículo recurre a muchas frases que son prácticamente idénticas a las que salen en los currículos aprobados por el ministerio dirigido por Pilar Alegría. También en Primaria, en alusión a una de las competencias que deben adquirir los alumnos, el currículo dice: «La adquisición paulatina de esta competencia supone haber desarrollado la autonomía e identidad personal; haber adquirido valores y normas de convivencia inclusiva, hábitos de trabajo individual y en equipo; haber desarrollado sus capacidades afectivas en todos los ámbitos de las personalidad; y haber logrado algunos hábitos saludables de vida y de consumo responsable siendo consciente de sus propias necesidades físicas y emocionales». También aparece el cuidado del planeta, muy presente en los currículos del Ejecutivo de Sánchez: «El área de Religión Católica propone los principios y valores del magisterio social de la Iglesia para contribuir al bien común, a la plena realización humana y a la sostenibilidad del planeta». Más adelante, se menciona la «desigualdad entre varones y mujeres» o la importancia de la «ciudadanía global». En Educación Secundaria Obligatoria aparece la «solidaridad intergeneracional»; la «ecodependencia»; la «amistad social» o la «corresponsabilidad intergeneracional».
Más participación
Escuelas Católicas, patronal de la concertada con 1.200.000 alumnos, señaló que «el nuevo currículo contiene una visión novedosa de la asignatura, en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y con problemas actuales. Si bien, hubiésemos deseado una mayor participación en su elaboración, la posibilidad de aportar desde la experiencia, este nuevo enfoque tiene defensores y detractores y solo el tiempo ofrecerá una visión sobre su éxito», apuntó Luis Centeno, secretario general adjunto de la patronal. «En cualquier caso, consideramos que la asignatura es una pieza fundamental para lograr el objetivo constitucional de la enseñanza: la educación integral de la persona. No se puede pretender una educación plena sin abordar la religión y la faceta trascendente de la persona. Todo ello sin renunciar a la esencia misma del cristianismo, como pilar de nuestra historia y cultura».
«Las familias consideramos que la temática que se trabaja en el currículo es importante pero tiene un enfoque demasiado transversal, y toca temas que ya se tratan en otras materias. Por lo tanto, se podría haber profundizado más en la religión propiamente dicha», dijo Begoña Ladrón de Guevara, presidenta de la Confederación de Padres de Alumnos (Cofapa). «En cualquier caso, las familias confían en la figura de los profesores que son los que transmiten los conocimientos y capacitan a nuestros hijos y siempre defenderemos que la asignatura se siga ofertando para que las familias que quieran la puedan elegir».
Fuentes de la Conferencia Episcopal han defendido que «este currículo mantiene, como todos los anteriores, la esencia del mensaje cristiano y la fuente epistemológica de la Teología. Como los anteriores, ha asumido el formato pedagógico del marco curricular, en este caso de la Lomloe, y las competencias clave. Y, por tanto, el currículo ha combinado la esencia de lo que es la clase de Religión, es decir, la visión cristiana de la vida, con una aportación específica al perfil de salida del alumnado. Ha sido, además, fruto de un proceso participativo, con el que se ha querido escuchar a toda la comunidad educativa». Agregan que «este currículo, en sus competencias específicas, mantiene la visión cristiana de la persona y de la vida, de la sociedad - que incluye la Iglesia-, de la cultura, y del diálogo fe-cultura-razón», informa José Ramón Navarro Pareja.
Declaración de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura
Con fecha 24 de junio de 2022 han sido publicados en el Boletín Oficial del Estado los currículos de Religión Católica de Educación Infantil, de Primaria, de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato.
Con ello llega a su término un proceso en que la jerarquía eclesiástica ha cumplido con su responsabilidad de determinar los contenidos del currículo, en conformidad con lo establecido en el marco jurídico vigente.
Con motivo de esta publicación, el obispo presidente de la Comisión, Mons. Alfonso Carrasco, obispo de Lugo, ha hecho algunas declaraciones, de las que destacamos:
- Valora la disposición al diálogo mantenida durante todo el proceso, pero lamenta la mínima carga lectiva con la que tanto el Ministerio de Educación y Formación Profesional como algunas Administraciones educativas han dejado esta asignatura.
- Señala que la Enseñanza religiosa escolar «resulta necesaria para dar un contenido concreto a la afirmación de la centralidad de la persona, al pedir una atención real al alumno en su identidad más propia, que implica tener en cuenta su cultura, su lenguaje, su religión, su familia, sus circunstancias particulares.
- Subraya que «esta prioridad dada a la persona del alumno nos parece irrenunciable para una comprensión adecuada de la educación, en la que ha de ser posible el reconocimiento de las identidades personales, de la libertad, de la pluralidad de tradiciones y cosmovisiones, así como los aprendizajes necesarios para el diálogo y para la convivencia pacífica».
- Hacer presente la ERE en el marco competencial delimitado por la LOMLOE –y por la UE– ha implicado la formulación del currículo de Religión católica en continuidad con este contexto pedagógico, algo que «no impide, en modo alguno, el desarrollo teológico adecuado a la programación en sus diversas etapas, que está también afirmado e indicado inicialmente».
- En resumen, concluye el obispo presidente de la Comisión: «la clase de Religión juega un papel decisivo para que la escuela pueda cumplir su misión de educación integral del alumnado. Esta convicción es la que ha fundamentado nuestra propuesta al Ministerio y la elaboración del nuevo currículo, en el respeto de todas las exigencias pedagógicas planteadas por la nueva Ley. Creemos necesario compartir estas certezas con los profesores de religión, con la comunidad educativa y, por supuesto, con las familias. Este nos parece el camino para llegar a dar en el futuro un lugar reconocido comúnmente y estable a la ERE en nuestro sistema educativo, sin depender de los vaivenes de los cambios políticos y del sucederse de las Leyes educativas».
- Con esta declaración se da por concluido el proceso de elaboración del currículo de Religión Católica de la LOMLOE, en el que destacamos la participación de toda la comunidad educativa, tanto en el Foro «Hacia un currículo de Religión Católica. Un diálogo entre todos y para todos», como en las diversas consultas realizadas para el diseño de estos currículos.