(Infocatólica) El documento cuenta con un prefacio del papa Francisco en el que explica que el texto es fruto del Año dedicado a Amoris Laetitia:
Uno de los frutos de este Año especial son los «Itinerarios catecumenales para la vida matrimonial», que ahora tengo el placer de entregar a los pastores, a los cónyuges y a todos los que trabajan en la pastoral familiar. Se trata de una herramienta pastoral preparada por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida a raíz de una indicación que he expresado en repetidas ocasiones, o sea, «la necesidad de un «nuevo catecumenado» en preparación al matrimonio»; de hecho, «es urgente aplicar concretamente todo lo ya propuesto en la Familiaris consortio (n. 66), es decir, que así como para el bautismo de los adultos el catecumenado es parte del proceso sacramental, también la preparación para el matrimonio debe convertirse en una parte integral de todo el procedimiento del matrimonio sacramental, como un antídoto para evitar la proliferación de celebraciones matrimoniales nulas o inconsistentes» (Discurso a la Rota Romana, 21 de enero de 2017).
Indica además tanto lo que es el documento como lo que no es:
«Este primer Documento que se presenta ahora es a la vez un don y una tarea. Un don, porque pone a disposición de todos un material abundante y estimulante, fruto de la reflexión y de experiencias pastorales ya puestas en práctica en diversas diócesis/eparquías del mundo. Y también es una tarea, porque no se trata de «fórmulas mágicas» que funcionan automáticamente. Es un vestido que debe estar «hecho a medida» de las personas que lo van a llevar. Se trata, en efecto, de orientaciones que piden ser recibidas, adaptadas y puestas en práctica en las situaciones sociales, culturales y eclesiales concretas en las que cada Iglesia particular se encuentra. Apelo, por tanto, a la docilidad, al celo y a la creatividad de los pastores de la Iglesia y de sus colaboradores, para hacer más eficaz esta vital e indispensable labor de formación, de anuncio y de acompañamiento de las familias, que el Espíritu Santo nos pide en este momento».
Tras una explicación de las razones de la publicación del texto, el documento aborda los requisitos para los proyectos de catecumenado de cara al matrimonio:
En la elaboración de este proyecto hay que tener en cuenta ciertos requisitos:
- que dure el tiempo suficiente para que las parejas puedan reflexionar y madurar;
- que, partiendo de la experiencia concreta del amor humano, la fe y el encuentro con Cristo se sitúen en el centro de la preparación al matrimonio;
- que se organice por etapas, marcadas – cuando sea posible y apropiado – por ritos de pasos que se celebren dentro de la comunidad;
- que englobe todos estos elementos (sin excluir ninguno): formación, reflexión, diálogo, confrontación, liturgia, comunidad, oración, fiesta.
Se propone que cada diócesis dé comienzo a un periodo de pruebas y se enumeran las fasis que debe tener la preparación para el sacramento matrimonial:
A. Fase pre-catecumenal: preparación remota
- Pastoral de la infancia
- Pastoral juvenil
B. Fase intermedia (algunas semanas): tiempo de acogida de los candidatos
Rito de entrada al catecumenado (al final de la fase de acogida)
C. Fase catecumenal
- Primera etapa: preparación próxima (aproximadamente un año)
Rito del compromiso (al final de la preparación próxima)
Breve retiro de entrada a la preparación inmediata
- Segunda etapa: preparación inmediata (varios meses)
Breve retiro de preparación para la boda (unos días antes de la celebración)
- Tercera etapa: primeros años de vida matrimonial (2-3 años)
Tras desarrollar ampliamente cómo han de ser esas fases, el documento aborda la cuestión del acompañamiento de los matrimonios en crisis, algo para lo que las diócesis deben establecer los mecanismos necesarios para que sea efectivo. Se anima precisamente a los matrimonios que han superado una grave crisis a que sean instrumentos para ayudar a otros matrimonios.
La tarea, dice el texto del Dicasterio para los Laicos la Familia y la Vida, es de todos:
Toda la comunidad eclesial ha de implicarse en la tarea de acompañar a las parejas, en un camino compartido entre sacerdotes, cónyuges cristianos y agentes de pastoral, en el que los protagonistas son sobre todo los matrimonios – diferentes en edad y años de vida conyugal – que ponen su experiencia al servicio de quienes participan en el itinerario catecumenal. Para ello, es necesario un trabajo de formación y actualización, dirigido a todos, pero especialmente a los sacerdotes, para que se perciba la indispensable complementariedad y corresponsabilidad de laicos y sacerdotes/religiosos en el servicio de la pastoral familiar.
Un itinerario matrimonial de tipo catecumenal ha de ser considerado como una «herramienta pastoral» que ha de ser utilizada con discernimiento, sabiduría y el necesario sentido común, de modo que pueda ser adaptado con flexibilidad – en cuanto a los modos y tiempos de realización – a las situaciones concretas de las parejas que tenemos delante, y según las posibilidades concretas de los agentes de pastoral de la Iglesia local.
Texto completo del «Itinerario catecumenal para la vida matrimonial»