(Asia News/InfoCatólica) El homicidio tuvo lugar en el interior de su casa, en la zona de Chhuahra Mandi de Sukkur, una ciudad paquistaní de la provincia sureña de Sindh.
La familia Kumari pertenece a un entorno nómade (ndr: pastores nómadas). Su madre trabaja todo el día en el mercado local de Kajhor, y a duras penas logra mantener a la familia. El día del asesinato había ido a trabajar a primera hora de la mañana, dejando a su hija sola en casa. El grupo de asaltantes, conocidos en la zona, aprovechó para escalar las paredes de la casa y entrar en ella, con el objetivo de abusar de la muchacha y luego secuestrarla.
Sin embargo, la víctima opuso una fuerte resistencia, que enfureció a los asaltantes, y terminó muerta de un disparo. La policía de Sindh detuvo al asesino, que fue identificado como Wahid Bux Lashari, y a otros dos cómplices.
Varios activistas y asociaciones de derechos humanos han condenado este nuevo episodio de violencia contra una joven perteneciente a minorías religiosas, y exigen que el gobierno provincial de Sindh tome medidas. Son frecuentes los episodios similares de este tipo, una de las asignaturas pendientes del país, hasta el punto de que los líderes de la Iglesia paquistaní han alzado la voz para pedir la intervención de las autoridades. La mayoría de las veces la violencia es perpetrada por musulmanes pudientes y conocidos en la zona, que se aprovechan de la connivencia de la policía o las autoridades locales.
Zahid Farooq es un activista cristiano a favor de los derechos humanos y subdirector del Urban Resource Center. Si el secuestro hubiera tenido éxito, dice, «ayer habríamos visto un vídeo de ella diciendo que se había convertido al Islam y que se había casado con su secuestrador».
«Todo ser humano», indica Farooq, «debe tener derecho a vivir libremente y a casarse con quien quiera, comenta, pero secuestrar a alguien y obligarlo a casarse es un crimen contra la humanidad»
Cientos de secuestros y matrimonios forzados de jóvenes no musulmanas
En Pakistán, cada año, cientos de niñas no musulmanas son víctimas de secuestros y conversiones forzadas. Mariyam Kashif Anthony, activista en primera línea en la defensa de los derechos de las mujeres en Karachi, confirma que «lo que le ocurrió a Kumari le pasa a cientos de muchachas» y muestra un preocupante panorama de «secuestros, conversiones forzadas y matrimonios contra su voluntad». Es un fenómeno que afecta a «la gran mayoría de las jóvenes pertenecientes a minorías religiosas».
Bilawal Bhutto-Zardari, presidente del Partido Popular de Pakistán (PPP), el tercer partido de la oposición en el Parlamento, expresó su plena solidaridad con la familia de la víctima y condenó enérgicamente el asesinato. El líder político, hijo de la ex primera ministra Benazir Bhutto y del ex presidente Asif Ali Zardari, también pidió un castigo ejemplar para los culpables.