(InfoCatólica) Los devotos y fieles cristianos se reunieron en medio de un clima de profundo fervor y recogimiento, respetando el aforo permitido y observando todos los protocolos de bioseguridad.
Durante su homilía, Mons. Eguren dijo:
«Con inmenso gozo, acogemos nuevamente en nuestra Basílica Catedral de Piura, a la Sagrada Imagen del «Señor de los Milagros», cuyos solemnes cultos tuvieron que ser suspendidos el año pasado por razón de la pandemia».
Y añadió:
«Los exhorto a que hagamos de este mes de Octubre, un mes de intensa oración al Señor por todas nuestras necesidades, tanto personales como sociales. No olvidemos que, a lo largo de más de tres siglos de nuestra historia, el «Señor de los Milagros» ha confortado y sanado a su pueblo peruano de peligros y desastres, como han sido, los terremotos, epidemias y las guerras que ha padecido nuestra Patria. Tengamos la seguridad que Él nos sanará definitivamente de la pandemia que aún sufrimos, y nos ayudará a preservar en el Perú nuestra vida democrática, la libertad, la paz, y los derechos fundamentales de todos los peruanos».
El arzobispo es consciente del peligro que corre Perú por la siniestra ideología que regó de sangre inocente la nación, pero mostró su esperanza en que Dios vuelva a sacar mal del bien:
«Si del oscuro más oscuro del misterio de la Cruz, el Señor sacó la radiante luz de su Amor que vence todo pecado y mal, tengamos la firme esperanza de que Él disipará las tinieblas del peligro que actualmente representa la siniestra ideología del senderismo que amenaza con capturar el poder en el Perú».
Y por último, dijo
«Hoy al contemplar la Sagrada Imagen del «Señor de los Milagros», miremos a Jesús crucificado quien, con la fuerza de su gracia, nos atrae hacia sí (ver Jn 12, 32), con el deseo que su Amor crucificado nos traspase, es decir, irrumpa en nuestras vidas.
El «Señor de los Milagros» quiere que también nosotros nos dejemos traspasar, pero no por clavos ni por lanzas, no por instrumentos de tortura y de muerte. Fueron nuestros pecados los que en la Cruz lo quebraron y atravesaron, sin embargo, Él quiere atravesarnos, tocarnos, transformarnos con su ternura. Quiere hacer de nosotros hombres nuevos con su Amor. Quiere darnos vida, su misma Vida, nueva y eterna».
El arzobispo concluyó su homilía con una oración al Señor
Quiero elevar una sentida oración al «Señor de los Milagros», que pienso puede ayudarnos a vivir este mes dedicado a Él:
Señor de los Milagros,
porque te amo he venido a visitarte
para alabarte, bendecirte y darte gracias,
por tantos favores que me has concedido.
Señor de los Milagros,
porque te amo me arrepiento
de todos los pecados que he cometido
por los cuales te he crucificado de nuevo en mi vida y en mi corazón.
Te prometo comenzar una vida nueva
llena de paz y de tranquilidad.
Señor de los Milagros,
si quieres puedes curarme.
Cúrame Señor de la enfermedad del pecado
y de todas las demás enfermedades
que me hacen sufrir.
¡Cúranos de esta pandemia!
Señor de los Milagros,
porque te amo me consagro a Ti,
con mi familia y mis seres queridos,
con mi trabajo, mis problemas y mis alegrías.
Que María Santísima,
quien, desde la Nube del Cielo,
no deja de mirarnos, cuidarnos e interceder por nosotros,
te recomiende mi oración.
Amén.