(Fides/Infocatólica) «Todavía hay mucho racismo en Sudáfrica, sigue estando escondido, bajo la superficie», ha explicado Mons. Tlhagale en el encuentro con los nuevos misioneros, añadiendo que esto se refleja en la desigualdad económica, donde a una minoría le va bien y a la mayoría le va mal.
Los jóvenes de las grandes ciudades como Johannesburgo se ven especialmente afectados por la desigualdad económica. Privados de trabajo, «duermen en la calle, pierden su dignidad, piden comida y al final no podemos sorprendernos de su comportamiento anormal», dijo el prelado
El arzobispo, cuestionándose el papel de los laicos en la sociedad en general, se pregunta si, motivados por su fe, trabajan para intentar cambiar la sociedad y sus expectativas.
Mons.Tlhagale cree que el principal obstáculo para la conversión total es el culto a los ancestros, señalando que la gente cree en la presencia omnipresente de los antepasados. Para que los misioneros entiendan de forma concreta como está arraigado el culto ancestral, el arzobispo Tlhagale les ha mostrado un vídeo de un sangoma (curandero tradicional). En el vídeo, un hombre católico que se ha convertido recientemente en sangoma recibe la aprobación de fieles católicos de todos los ámbitos. Monseñor Tlhagale ha subrayado que la religión tradicional se mezcla con la fe cristiana incluso por parte de los católicos, incluidos algunos sacerdotes y religiosas.
El prelado ha explicado a los misioneros que hay casos en los que la gente va a dos funerales de la misma persona en el mismo día porque tiene que haber un servicio fúnebre para los antepasados según los ritos paganos y luego las exequias que celebra la Iglesia. Al azobispo indicó que a veces la gente hace estas cosas como una especie de doble seguro. Por ello, exhorta a los misioneros a hacer más hincapié en la catequesis de adultos, que es casi inexistente porque, tras la confirmación, los fieles católicos dejan de estudiar y profundizar en las enseñanzas de la Iglesia.