(La Razón/InfoCatólica) El próximo día 13, y hasta el 12 de mayo, dará comienzo el segundo Ramadán que a la comunidad musulmana le ha tocado vivir en pandemia. Para más de 1.800 millones de fieles en todo el mundo, más de dos millones en España, ese domingo arranca la época más importante del año: su mes sagrado de ayuno o sawn, desde que sale el sol hasta que se pone. Así como el año pasado el inicio de este periodo se producía a un mes escaso del arranque de la crisis sanitaria, motivo por el cual las autoridades religiosas musulmanas pidieron a sus fieles someterse, sin recelo ni excepción, al confinamiento decretado por el Gobierno, este año consideran que la situación es distinta.
Por ello, la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (Feeri) ha pedido de forma pública a las autoridades nacionales y autonómicas «la flexibilización de aquellas restricciones que entroncan directamente con las exigencias del Ramadán». En concreto, se refieren a dos medidas: el toque de queda y las aperturas y cierres de las mezquitas para los rezos colectivos. De hecho, la Asociación Watani, que agrupa a la comunidad musulmana de Lérida, ha pedido formalmente al ayuntamiento de la ciudad «poder saltarse» el toque de queda nocturno durante esos 30 días.
A nivel estatal, la Feeri alega que estos horarios podrían ser incompatibles tanto con el primer rezo (Fasr) que se produce con el alba, como con los que se hacen al principio y durante la noche, Magreb e Isha respectivamente. Y es que, aunque la Sharia, el cuerpo de derecho islámico, no «obliga» a que los rezos sean colectivos, ni siquiera a que se hagan en una mezquita todos los días de la semana, sí que lo exige los viernes, que son como los domingos para el catolicismo. Ese día y, especialmente, durante el Ramadán, los musulmanes deben ir a la mezquita a rezar y a escuchar el sermón del Imán, en grupo, para que la oración tenga más fuerza. Por tanto, la Federación pide que se respeten los desplazamientos que coincidan con la oración. Pone de ejemplo las exenciones al toque de queda que, en la misma franja horaria, tienen las personas que van a trabajar «y que, a juicio de todos, no afecta en absoluto a la seguridad ciudadana general ni perturba el bienestar común».
Por otro lado, han instado a las administraciones «acordar y coordinar las posibles aperturas y cierres excepcionales» de los lugares de culto para la comunidad musulmana en España.
Alegan que «el ejercicio de la libertad religiosa y de culto es un derecho fundamental garantizado por la Constitución Española y por las demás instituciones europeas y de Naciones Unidas, que goza del máximo nivel de protección», demandan «comprensión, colaboración y sensibilidad, sobre todo, en estos momentos tan difíciles para todos» y reclaman a las Administraciones que «pongan todos los medios auxiliares necesarios para que la comunidad musulmana pueda pasar este mes en las mejores condiciones».
Semana Santa sin procesiones
El contexto sanitario de la petición de las instituciones islámicas es prácticamente el mismo que ha impedido la celebración de procesiones católicas en la vía pública durante la Semana Santa. De hecho, es probable que la situación empeore en los próximos días debido a lo que se ha dado en llamar la cuarta ola de la pandemia en este país.