(ForumLibertas/InfoCatólica) En Canadá, varias asociaciones de personas discapacitadas han protestado en contra del proyecto de ley que alcance de la legislación sobre la eutanasia.
Actualmente la legislación no permite a las personas con enfermedades crónicas solicitar «ayuda médica para morir», si su muerte no es «razonablemente previsible».
Con el nuevo proyecto de ley C-7, se pretende eliminar esta condición para solicitar una eutanasia.
Los grupos que defienden los derechos de los discapacitados han expresado su desacuerdo con este proyecto.
Krista Carr de Inclusion Canada, ha dicho ante el comité de justicia de la Cámara de los Comunes: «Nuestro mayor temor siempre ha sido que tener una discapacidad se convierta en una razón aceptable para el suicidio asistido por el Estado.
Todas las organizaciones nacionales de discapacidad que se oponen al proyecto de ley C-7, están siendo silenciadas por personas que no experimentan la marginación sistémica, la pobreza y la falta de apoyos y circunstancias de vida que experimentan las personas con discapacidad y que los llevan a situaciones en las que la “ayuda médica para morir” les es presentada o sienten que es su única opción».
Catherine Frazee, de la Escuela de Estudios sobre la Discapacidad de la Universidad de Ryerson dijo: «¿Por qué sólo nosotros?, ¿Por qué sólo las personas cuyos cuerpos están alterados o provocan dolor o están en decadencia? ¿Por qué no todos los que viven fuera del margen?»
A Roger Foley, de 45 años de edad, quien padece de una enfermedad neurodegenerativa que lo mantiene hospitalizado, incapaz de moverse o cuidarse a sí mismo, dio su testimonio de cómo se le ha negado la atención domiciliaria y como ha sido presionado por el personal del hospital para buscar una muerte asistida. «Mi vida se ha devaluado. He sido coaccionado para que opte por una muerte asistida a través de abusos, descuidos, falta de cuidados y amenazas».
El señor Foley ha presentado una demanda defendiendo su derecho a una vida asistida.