(Fides/InfoCatólica) Como ha confirmado la Agencia Fides, se trata del último de una serie de casos que conmocionan y preocupan a la comunidad católica de Pakistán. Nasir Raza, activista de derechos humanos que ayuda a la familia católica de Raja en esta delicada situación, en declaraciones a la Agencia Fides dice:
«Este es otro caso más, una historia que se repite: el 13 de octubre la niña fue secuestrada y el mismo día fue convertida por la fuerza al Islam y obligada a casarse impunemente. Fatima estaba jugando en casa, salió para ir a una tienda, y ya no regresó. Tras su desaparición, la familia presentó una denuncia policial contra personas desconocidas alrededor de las 17.00 horas del 13 de octubre».
Nasir Raza explica:
«Arzoo es una estudiante de séptimo grado y, como lo atestigua el certificado de nacimiento regular de la Autoridad Nacional de Base de Datos y Registro (NADRA), nació el 31 de julio de 2007». Y agrega: «La familia de la niña está en estado de shock y muy tensa. La conducta inapropiada de los policías en la comisaría es otro desafío para la familia, sumida en el sufrimiento y la desesperación».
De hecho, la policía desestimó el caso porque, en la noche del 14 de octubre, el abogado del secuestrador visitó la comisaría, presentando los documentos que, según él, darían plena legitimidad al operativo: una «Declaración Jurada», firmada por Fatima Arzoo, dando fe de su libre voluntad de convertirse al Islam y de contraer matrimonio; el «certificado de conversión al Islam» y el certificado de matrimonio. Los padres no han podido hacer nada, aunque también entregaron el certificado de nacimiento de la niña y se remitieron a la ley que prohíbe el matrimonio a menores de 18 años. Sin embargo, según la ley islámica, las bodas son posibles (13 años para las niñas, 15 años para los niños).
Anthony Naveed, un político católico que es miembro de la Asamblea Provincial de la provincia de Sindh, está ayudando en el caso y ha visitado a la familia. En declaraciones a Fides, Naveed dice:
«He ofrecido asistencia jurídica a la familia y también he hablado con agentes de policía para el análisis y revisión del caso».
Anthony Naveed observa:
«La denuncia presentada es débil porque se presenta contra personas desconocidas, pero ahora que se conocen más detalles, se debe agregar información correcta y se deben recordar las leyes de protección infantil y matrimonio infantil».
Según los abogados de la familia, la firma de Fátima en los documentos presentados por el secuestrador fue obtenida usando la fuerza.
Naveed concluye:
«El aumento de secuestros y conversiones forzadas de adolescentes cristianos e hindúes es un fenómeno muy grave. El aumento de estos casos es preocupante, y se debe a la mentalidad estrecha y enferma de pocas personas en la sociedad pakistaní. En el contexto actual de estatus social y político, las minorías religiosas son elementos más débiles y, por lo tanto, las mujeres y niñas minoritarias se convierten en un blanco fácil de secuestradores y hombres que llevan a cabo conversiones forzadas».
Según Anjum James Paul, un católico paquistaní, presidente de la Asociación de Maestros de Minorías Religiosas en Pakistán, «estos secuestros son contrarios a la ley y constituyen el delito de pedofilia que toda la sociedad pakistaní, principalmente las autoridades civiles, deben combatir con todas sus fuerzas. Pedimos una intervención gubernamental contundente y decisiva para detener este fenómeno criminal contra las niñas, las más vulnerables de la sociedad, y que muestra una pésima imagen de Pakistán».
Cómo señala la ONG «Human Rights Commission of Pakistan», en una nota enviada a la Agencia Fides, cada año al menos 1.000 mujeres cristianas e hindúes son secuestradas y obligadas a convertirse y casarse con su agresor. Muchas familias no denuncian el delito ni retiran sus denuncias, ante amenazas contra otros familiares.