(Agencias/InfoCatólica) Mons. José H. Gómez, Arzobispo de los Ángeles y presidente del episcopado americano, preside también el Comité de Asuntos Ecuménicos de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB). Los obispos se unen «al Papa Francisco», que «una profunda tristeza por el decreto del presidente de Turquía de abrir Hagia Sophia como una mezquita».
El pasado 10 de julio el Consejo de Estado turco revocó el estatus de museo de la emblemática iglesia bizantina, y poco después el presidente Recep Tayyip Erdogan anunció que esta se abriría para oraciones musulmanas el próximo 24 de julio. Es decir, nuevamente sería mezquita.
Un símbolo de buena convivencia que desaparece
Mons. Gómez manifestó que Hagia Sofia ha servido en los últimos años como símbolo «de buena voluntad y convivencia entre las comunidades cristiana y musulmana».
«Desde su fundación -se lee en la declaración- como catedral cristiana en 537, Hagia Sophia ha sido uno de los grandes tesoros artísticos y espirituales del mundo».
«Desde hace muchos años, este hermoso y apreciado sitio ha servido como un museo donde personas de todas las religiones pueden experimentar la presencia sublime de Dios».
«En nombre de nuestros hermanos obispos en los Estados Unidos, instamos al presidente Recep Tayyip Erdogan a revertir esta decisión innecesaria y dolorosa y restaurar Hagia Sophia como un lugar de oración y reflexión para todos los pueblos», expresó Mons. Gómez.
Las reacciones en contra de la medida han sido múltiples
Autoridades griegas consideran la trasformación una provocación. Francisco manifestó su dolor por el hecho, después del Ángelus el domingo pasado. Incluso autoridades musulmanas, como Ibrahim Negm, miembro del Concejo del Gran Muftí de Egipto, afirma que la decisión de Erdogan introduce «un peligroso juego político».
Rabiosa reacción del gobierno turco
La agencia FIDES recoge «Nuestras revoluciones silenciosas en el campo de la libertad religiosa» el dossier preparado en tiempo récord por el partido del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, como respuesta a la lluvia de reacciones negativas en todo el mundo por la decisión de reabrir al culto islámico la antigua basílica bizantina de Hagia Sophia, transformada en 1934 en un museo a instancias del padre de la Turquía moderna, Mustafa Kemal Ataturk, tras haber sido utilizada como mezquita durante casi cinco siglos.
El informe fue preparado y publicado por el Departamento de Derechos Humanos del Partido de Justicia y Desarrollo (en turco: Adalet ve Kalkınma Partisi - AKP), la formación política conservadora islamista fundada por Erdogan en 2001. El dossier recoge y expone todas las mejoras que, según el AKP, se han registrado en Turquía que han beneficiado a las comunidades religiosas no musulmanas durante los últimos 18 años, es decir, desde que el Partido Erdogan llegó al poder. Entre otras cosas, el informe se refiere a las políticas gubernamentales en apoyo a escuelas e instituciones educativas encabezadas por minorías cristianas y por la comunidad judía, cuyos estudiantes estaban exentos del examen de religión islámica requerido para ser admitido en cursos de estudios superiores.
El informe indica que la mayoría de los edificios y terrenos que alguna vez pertenecieron a instituciones eclesiásticas u otras comunidades religiosas y que fueron confiscados por el estado turco después del fin del Imperio Otomano, se devolvieron a las fundaciones que pertenecen a comunidades religiosas, minorías diversas y a la comunidad armenia que habría recibido un resarcimiento por unas 400 propiedades. Además, siempre según señala esta informe, en las últimas tres décadas se han restaurado y abierto diferentes iglesias para el culto en Turquía y la gestión de las iglesias y otros lugares de culto se ha confiado directamente a las distintas comunidades minoritarias.
A principios de 2020 en algunas declaraciones hechas a la prensa turca, Sahak II Masalyan, el recién elegido Patriarca Apostólico Armenio de Constantinopla, indicó que «todas las minorías presentes en Turquía comparten esta misma opinión, que bajo el poder del Partido AKP estamos viviendo el período más pacífico y feliz desde la fundación de la República Turca». El Patriarca armenio mencionó como ejemplo los cambios realizados en 2008 en la Ley de Fundaciones. Sahak II, elegido Patriarca el 11 de diciembre de 2019, también aseguró que «el problema de las minorías siempre ha sido utilizado como argumento por las potencias extranjeras para interferir en los asuntos del Imperio Otomano». Aseguró que, por el momento, las relaciones son satisfactorias «teniendo en cuenta el apoyo que recibimos del estado y la posibilidad de llegar fácilmente a nuestro presidente. Sus ministros nos visitan a menudo y el alcalde de Estambul siempre nos presta su benevolente atención»