(LSN/InfoCatólica) Michael Hickson quedó tetrapléjico y con afección neurológica debido a las lesiones que sufrió durante una reanimación cardiopulmonar después de sufrir un paro cardíaco repentino mientras llevaba a Melissa al trabajo en mayo de 2017. Melissa y sus cinco hijos permanecieron al lado de Michael durante su recuperación.
El hombre tuvo que ingresar en el hospital hace unas semanas después de contraer COVID-19 y la consiguiente neumonía. Se sospecha que el coronavirus le llegó por una persona que le daba atención en su hogar y que a su ver trabajaba en una residencia de ancianos.
Michael estaba consciente aunque no podía comunicarse verbalmente. Respondió a los chistes, sacudió la cabeza y lanzó un beso a su esposa durante una llamada de FaceTime. Melissa preguntó si podía rezar con su marido y sus hijos, a lo que él asintió con la cabeza.
Sin embargo, la doctora que le atendía le dijo a Melissa que su marido sería internado en un hospicio en contra de su voluntad. En una conversación grabada, la doctora del St. David le dijo a Melissa que su marido no recibiría tratamiento debido a su discapacidad, a pesar de sus deseos:
Doctora del St. David: «Por lo tanto, a partir de ahora, su calidad de vida... no tiene mucha»
Melissa: «¿Qué quiere decir? ¿Que porque está paralizado con una lesión cerebral no tiene calidad de vida?»
Doctora: «Correcto».
Mientras la esposa de Michael y otro familiar litigaban en el tribunal para decidir quién sería el tutor permanente de Michael, un juez nombró a una organización del área de Austin llamada Family Eldercare como tutor temporal.
Family Eldercare ordenó a la doctora que no tratara a Michael y que lo trasladara a un hospicio. La médico aseguró a la familia que no tenía nada que decir sobre la vida o la muerte de Michael: «en este momento, vamos a hacer lo que creemos que es mejor para él junto con el estado ... esta es la decisión tomada entre la comunidad médica y el estado».
Michael se quedó sin comida ni tratamiento durante seis días, a pesar de la voluntad de Melissa de salvar a su marido. Falleció de las enfermedades no tratadas el 11 de junio de 2020.
Melissa ha declarado tras la muerte de su marido:
«Estoy luchando para entender cómo y por qué ha podido suceder esto. Perdí a mi mejor amigo, mi mejor mitad, la otra mitad de mi corazón. Fui despojada de mis derechos como esposa, y me quedé impotente viendo cómo ejecutaban a mi marido. Ahora no tengo marido, soy viuda a los 47 años. Mis hijos se quedaron sin padre para celebrar el Día del Padre. Todo nos fue arrebatado. No tengo otras palabras para expresar lo que siento hoy, excepto herida, enfadada y frustrada».