(CH) El cardenal, que dijo que hablaba en nombre de toda la conferencia episcopal holandesa, condenó la decisión de la Corte Suprema que determinó que los médicos podían practicar la eutanasia forzosa a los pacientes con demencia si previamente habían firmado un documento aprobando el procedimiento.
«En 2016, un médico de un asilo de ancianos realizó la eutanasia a una mujer que tenía una declaración de eutanasia escrita, firmada cuatro años antes. Esto en sí mismo plantea la cuestión de si tal declaración escrita, firmada hace años, todavía expresa la voluntad real del paciente», afirmó el cardenal.
La paciente, que no podía comunicarse debido a su estado, había declarado cuatro años antes que deseaba decidir cuándo era el momento adecuado para su muerte. La mujer se resistió al intento de colocar la aguja en su brazo, y se le dio un sedante en una taza de café. También se informó de que fue sujetada por miembros de su familia y entonces se le practicó la eutanasia.
Se presentaron cargos contra el médico que administró la eutanasia. Fue absuelto. El Tribunal Supremo de Holanda determinó además que era lícito practicar la eutanasia a alguien que no podía consentir el procedimiento pero que había expresado previamente su deseo de que se le practicara la eutanasia.
El cardenal Eijk aseguró que a los expertos les preocupa que el proceso legal deja mucho que desear en ese casocaso: «¿El proceso legal contra el médico del asilo de ancianos conduce a la claridad deseada por el colegio de abogados? Los médicos de los asilos piensan que no es así».
«En lugar de establecer criterios para interpretar las declaraciones escritas de eutanasia de los pacientes con demencia avanzada, el Tribunal Supremo deja esto al juicio de los médicos implicados, por lo que su incertidumbre no hace sino aumentar», dijo.