(Gaudium Press) La publicación de un artículo en Internet sobre la postura de los fieles durante la oración del Padrenuestro en la Eucaristía originó entre los católicos de Bielorrusia un debate en el que se presentaron una variedad de opiniones, algunas de ellas contradictorias. Para aclarar el tema, el Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Bielorrusia, el Arzobispo de Minsk, Mons. Tadeusz Kondrusiewicz, concedió una entrevista al portal católico Catholic.by.
«A primera vista no debería haber un malentendido», expresó el prelado, quien comentó que las posturas y acciones durante la Liturgia están descritas en el Misal Romano. Las normas litúrgicas tienen el fin de que «los ministros y los fieles, que participan en ella según su condición, obtengan de ella con más plenitud los frutos», según el texto de la Instrucción General del Misal Romano citado por el Arzobispo.
Sobre las posturas corporales, el Arzobispo pidió remitirse a las directivas de la Iglesia, «las cuales contribuyen al bien común espiritual del pueblo de Dios más que a la satisfacción de las inclinaciones y deseos particulares». La unidad de la comunidad cristiana se expresa también en la posición corporal compartida por todos los fieles. Pero, ¿cuál es esta posición a la luz de las normas litúrgicas?
La norma expresada en el texto es que el sacerdote «con las manos juntas, dice la monición antes de la Oración del Señor; luego, con las manos extendidas, dice la Oración del Señor juntamente con el pueblo». Pero esta norma «se refiere sólo al sacerdote», y «los creyentes de Rito Romano no imitan los gestos del sacerdote». Por este motivo, indicó «orar con las manos juntas en el gesto convencional de oración. Esta misma postura corporal es observada por los diáconos y otros ministros».
«Es sabido que en algunos grupos de oración y movimientos hay una práctica de orar tomados de las manos o entrecruzando los brazos», comentó Mons. Kondrusiewicz. «De esta manera los fieles pueden orar en sus hogares, si esto les es más conveniente. Sin embargo, durante la Santa Misa no es el lugar para la improvisación. Todos hacemos parte de un cuerpo en Cristo, y nuestros gestos durante la Eucaristía deben demostrar esto». El prelado concluyó su aclaración recordando que los textos litúrgicos aprobados tienen naturaleza regulatoria: «nadie tiene el derecho de modificarlos de acuerdo a su satisfacción personal».
Con información de Catholic.by.