(RorateCaeli/Buhardilla/InfoCatolica) Monseñor Bernard Fellay ha concedido una entrevista al diario austriaco Die Presse. Les ofrecemos un resumen de la misma.
-¿Cómo están los diálogos entre la SSPX y Roma, siendo que desataron una tormenta en enero?
Hemos ordenado nuestras ideas a principios de junio. La decisión del Papa sobre el modelo de las conversaciones será anunciada en los próximos días. Es cierto que se establecerá una comisión especial para las discusiones – con algunos teólogos de Roma y algunos de nuestros sacerdotes.
-El otro punto principal de atasco entre ustedes y Roma es el Rito Tridentino. Debido a la re-autorización de este Rito por parte del Papa, este punto, cuanto menos, se ha distendido grandemente. ¿Es esto suficiente, o hubieran esperado incluso más?
Estoy seguro que habrá más próximamente. No de nuestra parte, sino que para la misma Roma la situación litúrgica debe mejorar. Eso vendrá.
-En una reconciliación con Roma, probablemente necesitarán hacer algún tipo de declaración de fidelidad. ¿Pueden hacer esto si la Iglesia no regresa, en todos los puntos, a “vestirse” con las prendas previas al Vaticano II?
Yo diría que sí: si los principios católicos han sido clarificados, incluso si no todo se ha resuelto, entonces es posible. Hay una cuestión muy práctica, que ahora es evidente y es la siguiente: ¿cómo somos aceptados? Existe un bloqueo muy agudo. Al presente, esto nos frena para seguir adelante. Si vemos tanta oposición, simplemente decimos: bueno, aún esperaremos un poco.
-¿No sería prudente suspender las ordenaciones en orden a mejorar el clima?
El problema existe sólo en Alemania. En Roma, hay simpatía por estas ordenaciones, incluso si dicen que son ilícitas, o no conformes con el derecho canónico. Nos han dicho que estamos en un estado intermedio, en el que podemos hablar de paz, y en el que Roma también puede observarnos. No tendríamos nada en contra de que Roma nos enviase un observador. Lo hemos ofrecido, pero quizá no con la suficiente claridad.
-Entonces, ¿ustedes no reconocen que el Papa haya repudiado sus actos?
Eso sería una mala interpretación del evento. Esto no es un acto hostil. Le he escrito al Papa y le he pedido que considere estas ordenaciones no como una rebelión, sino como un paso de supervivencia en estas circunstancias difíciles y complejas.
-Como quiera que interpreten las ordenaciones, el Papa queda, por lo menos, en una situación incómoda.
Entiendo bien eso. Esta situación es incómoda para todos. Quiero repetirlo: este problema es consecuencia de diferentes corrientes en la Iglesia, que difícilmente pueden soportarse mutuamente. Este problema, en definitiva, sólo puede ser resuelto por el Papa. Pero no estoy seguro si puede ser resuelto.
-¿Qué es de Monseñor Williamson?
Está en Londres. Reza, estudia, nada más.
-¿Ven un término previsible para este exilio interno?
No lo veo. Todo el asunto depende de él.
-Probablemente les gustaría que tomara una mayor distancia de su negación del holocausto.
Si tales declaraciones se repitiesen, sería insostenible.