(ECCLESIA digital) Matías Romero es un joven sacerdote, formador, secretario y jefe de estudios del Seminario de Cuenca. Además, es Delegado de Pastoral Juvenil, Universidad y Vocaciones y según él mismo explica intenta «acercar a los jóvenes a Jesús para que le amen cada día más y lo sigan».
Hace unos días que ha regresado de Perú pues desde el seminario Matías junto a 2 seminaristas, Carlos y Freddy, han viajado a este país. Una hermosa y enriquecedora experiencia según él mismo nos explica.
«Tras nuestro viaje a Perú venimos con el corazón un poco más grande».
En primer lugar, ¿por qué y para qué vais a Perú?
Todo nace porque en nuestra parroquia, Nuestra Señora de La Paz, hay un misionero que está en Perú. El misionero, Jesús López, nos visita frecuentemente y nos cuenta su experiencia. Este año visitó el seminario y nos animó a vivir unos días con ellos y así aprender cómo es la iglesia por aquellas tierras. La verdad es que nos despertó el «gusanillo» y empezamos a preparar el viaje con el deseo de encontrarnos un poco más con Dios y con los hermanos.
¿En qué lugares o ciudades habéis estado?
Hemos estado en Balsapuerto, un poblado dentro de la selva y en Yurimaguas una ciudad situada en la ceja de la selva.
Los primeros 10 días estuvimos en Balsapuerto realizando actividades en el instituto y en la residencia de estudiantes que poseen los misioneros de Jesús. También visitamos comunidades que se encuentran en el interior de la selva celebrando la Eucaristía y llevando la palabra de Jesús.
En Yurimaguas hemos estado en el hogar de María de Nazaret un sitio fabuloso donde están niños con discapacidad. Nuestra actividad consistía en darles cariño, clases, cuidados, limpiarles, darles de comer, ya que allí no reciben los cuidados adecuados y en muchas ocasiones están escondidos en sus casas.
¿Volvéis satisfechos de vuestro viaje?
Venimos con el corazón un poco más grande. Con una alegría enorme porque Dios ha estado grande con nosotros. Han sido unos días preciosos en los que hemos compartido la fe, aprendido muchas cosas y en los que hemos entregado un poco de nuestra vida y tiempo en favor de los más pobres.
Matias, ¿cómo te va ayudar esta experiencia en tu labor como sacerdote y en concreto como formador del Seminario?
Personalmente esta experiencia es algo que difícilmente olvidaré y que ha marcado un poquito este pobre corazón de sacerdote. Abriendo un poco más los ojos a las necesidades de la gente, aprendiendo a vivir de una manera más sencilla, sin tantas cosas. Sabiendo que sólo una es necesaria: Jesús.
Como formador intentaré transmitir lo vivido a los jóvenes que se están preparando para ser sacerdotes y animando a que si alguna vez tienen ocasión de poder tener una experiencia parecida no lo duden y se atrevan a participar.
Perú se caracteriza por tener una tradición católica tan intensa que hasta el propio Papa Francisco la ha llamado tierra ensantada, a tí qué es lo que más te ha llamado la atención de sus gentes, sus tradiciones, etc.
La gente de la selva, son profundamente religiosos. Ven, en su día a día, la acción y presencia de Dios. En este sentido tenemos mucho que aprender, Dios no es algo al que se acude sólo cuando tengo problemas, sino que ellos siempre lo tienen presente en sus vidas.
Además, vivir rodeado de naturaleza ayuda a ver la maravilla de la creación como regalo de Dios al hombre.
Podrías contarnos alguna anécdota graciosa o curiosa que te haya ocurrido durante tu viaje o estancia en Perú.
Un día mientras que estábamos celebrando la Eucaristía apareció una tarántula muy grande por encima de nosotros. Yo estaba celebrando la Eucaristía y veía como la gente miraba hacia arriba sin prestar atención. Al ver esto miré hacia arriba y ví la gran araña que se acercaba, finalmente no pasó nada y todo quedó en la anécdota divertida pero que al principio nos asustó un poco.
Vuelves con la idea de regresar algún día.
Sí, me gustaría volver. No sé cuándo. Pero seguro que Dios nos prepara el momento adecuado.
Por último, en octubre se celebrará en Perú un Sínodo bajo el título «Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral». ¿Cómo se está viviendo este hecho?
La gente está muy emocionada por ello. En todas las parroquias, están trabajando duramente el documento, haciendo entrevistas, respondiendo a las preguntas que ha realizado el Papa, y viendo las necesidades del lugar para poder dar respuestas, desde la fe, a las situaciones que vive la gente.