(Asia News) Desde hace 3 años. el tele-predicador islamista está huido de las autoridades de Nueva Delhi, que lo acusan de blanqueo de dinero y de incitación al odio. Países occidentales (Canadá y el Reino Unido) y asiáticos (Bangladés y Singapur) le han prohibido el ingreso.
Sin embargo, en 2017 las autoridades de Kuala Lumpur le concedieron permiso de residencia permanente. Siendo uno de los más destacados miembros del islam salafita, Naik es muy popular entre los islamistas radicales.
La población de Malasia está compuesta por casi 32 millones de personas, más del 60% de las cuales son musulmanas. En la vida social, las fronteras entre las comunidades étnico-religiosas están muy marcadas y las políticas identitarias juegan un rol importante. Por ello provocó un gran revuelo social el discurso pronunciado por Naik el pasado 3 de agosto, con ocasión de una conferencia realizada en Kota Baru (Estado de Kelantan). Durante su intervención, el predicador afirmó que los malayos de etnia deben «ser los primeros en irse», porque son «viejos huéspedes» del país; luego agregó que los hindúes residentes en Malasia son más fieles al Premier indio Narendra Modi que a su Premier, Mahathir Mohamad, «pero ellos gozan de 100 derechos más que los musulmanes en India».
En los días siguientes, cayeron sobre él 115 denuncias públicas y varias peticiónes de expulsión. Contra Naik se expresaron también algunos ministros del gobierno. Hace tres días, Mahathir declaró que el «tele predicador» «es libre de predicar sobre el islam pero no debe expresarse sobre temáticas raciales que se refieran a Malasia, sobre todo porque no es ciudadano de este país».
El día después, la policía interrogó al predicador por 10 horas y ayer llegaron las disculpas públicas: «Jamás fue mi intención turbar a ningún individuo o comunidad. Va contra los principios de base del islam y quisiera expresar mis más sentidas disculpas por este malentendido». La marcha atrás no disuadió a las autoridades de emitir una medida que restringe su autoridad.