(AsiaNews) En las cárceles sauditas, se han consumado abusos y torturas contra activistas que defienden los derechos humanos, bandera bajo la cual también se congregan numerosas mujeres. La mayor parte de las violaciones se concentra en la cárcel de Dhahban, donde los guardias, según surge de la denuncia presentada, habrían sometido a los detenidos a castigos con azotes y descargas eléctricas.
La mira de las autoridades del reino apunta contra las activistas a favor de los derechos humanos arrestados en los primeros meses del año, una de las cuales arriesga la pena de muerte; se suman a ellas un grupo de líderes religiosos de primera línea y algunos intelectuales y pensadores que también son blanco de la represión.
La denuncia de las torturas fue presentada por los directivos de Amnesty International y Human Rights Watch, a través de un comunicado conjunto donde se enumeran las torturas contra los prisioneros. La nota informa que a causa de los golpes, azotes y descargas eléctricas, algunos activistas no logran siquiera caminar ni mantenerse en una posición erguida. Una mujer fue abusada sexualmente por verdugos que escondieron sus rostros con máscaras, para no ser identificados. Otras tres fueron víctimas de «besos y abrazos con el uso de la fuerza».
En el reino saudita gobierna una monarquía absoluta sunita, regida por una visión wahabita y fundamentalista del islam. Los arrestos y las torturas en las celdas muestran, una vez más, cuán ilusorio y hasta qué punto es mera fachada el programa de «reformas» impulsado por el príncipe heredero de 33 años Mohammad bin Salman (Mbs), tan enarbolado por los medios del país, en el marco del programa Vision 2030.
Reformas que, en parte habrían tocado la esfera social y el área de derechos al dar vía libre a las mujeres para conducir vehículos. En realidad, los arrestos de altos funcionarios y empresarios durante el año pasado, la represión de activistas y voces críticasy, por último, el caso del periodista disidente Jamal Khashoggi arrojan más de una sombra sobre la imagen reformista de Mbs. Según la clasificación anual elaborada por Reporteros sin fronteras, Arabia Saudita se ubica en el puesto 169no del ranking mundial de libertad de prensa, que abarca 180 países.
En cuanto se refiere al caso Khashoggi, en el día de ayer, el presidente de los EEUU Donald Trump reiteró, una vez más, la importancia de las relaciones con Arabia Saudita, aunque admitiendo simultáneamente que «es muy probable» que el príncipe coronado estuviera al tanto del asesinato. El Senado de los EEUU, a través de una moción bipartita, ha pedido a la Casa Blanca que se determine el posible «rol» asumido por Mbs en el caso.