(RTVE/InfoCatólica) Los proyectos de ley proponían despenalizar la eutanasia en caso de sufrir una enfermedad incurable. Los dos principales partidos, el Partido Socialista y el Partido Socialdemócrata, habían concedido libertad de voto a sus diputados.
Sin embargo, ninguna de las cuatro propuestas ha conseguido el respaldo de una mayoría: la que más se ha acercado ha sido la del Partido Socialista, que lidera el Gobierno de coalición de izquierdas, con 110 votos a favor de los 230 diputados que componen la Asamblea de la República, por 115 en contra y cuatro abstenciones.
El proyecto de ley del Bloque de Izquierdas, una formación marxista que participa en la coalición de gobierno, ha logrado 105 votos a favor, por 117 en contra y ocho abstenciones, el mismo resultado que la alternativa presentada por Los Verdes. Por último, la propuesta del Partido de las Personas, los Animales y la Naturaleza (PAN) ha recabado solo 102 votos favorables, por 116 en contra y once abstenciones.
Protestas ante el Parlamento
Mientras el centro izquierda y el centro derecha habían otorgado libertad de voto a sus diputados, los marxistas, los ecologistas y el PAN votaron a favor, y el democristiano CDS-PP -la formación más a la derecha del Parlamento- y el Partido Comunista Portugués se opusieron.
En cualquier caso, la sesión de este martes pone fin a la tramitación parlamentaria de una regulación muy controvertida en un país donde el 81 % de los ciudadanos se declaran católicos, si bien el Ejecutivo de izquierdas ha impulsado notables cambios legislativos, como la norma que legaliza el uso de vientres de alquiler a las mujeres estériles, en vigor desde agosto de 2017.
Manifestaciones de católicos
De hecho, cientos de personas se han manifestado ante el Parlamento convocadas por grupos católicos contra la iniciativa, coreando la consigna «Si a la vida, no a la eutanasia» y enarbolando pancartas con lemas como «Queremos cuidados paliativos para todos» o «La eutanasia es la receta para el abuso contra los mayores».
Todos los textos recogían, como requisitos indispensables, que el solicitante fuese mayor de edad, careciese de problemas mentales que le pudieran influir a la hora de tomar la decisión y padeciese una enfermedad incurable.
Además, se exigía que el enfermo confirmase varias veces su voluntad de acabar con su vida y se garantizaba a los médicos su derecho a la objeción de conciencia.
La eutanasia ya había sido debatida el año pasado en el Parlamento portugués a raíz de una petición del movimiento cívico «Derecho a morir con dignidad» firmada por más de 8.000 ciudadanos, que no conllevó votación pero supuso el inicio del debate sobre el asunto.