(1P5/InfoCatólica) Tras la reciente refutación del cardenal Gerhard Müller de la decisión de los obispos alemanes de admitir a los protestantes casados con católicos, en casos individuales, a la sagrada comunión, es ahora el cardenal Walter Brandmülller quien manifiesta su postura con respecto a esta nueva decisión episcopal, llamando a lo que los obispos alemanes se refieren como «casos individuales», una «táctica salami»(*) y un «ardid completamente deshonesto». El cardenal también habla del peligro de «tomar reglas establecidas para situaciones de extrema gravedad y aplicarlas a la vida cotidiana» y dice que tal enfoque es un «truco malvado».
Armin Schwibach, corresponsal en Roma para la web católica austríaca de noticias Kath.net, publicó el 6 de marzo un artículo sobre el dudoso enfoque teológico de los obispos alemanes a la cuestión de la intercomunión. En dicho artículo, cita algunos comentarios hechos por el cardenal Walter Brandmüller, el anterior presidente del Pontificio Comité para las Ciencias Históricas, en una entrevista reciente. El cardenal alemán, una vez más, usa palabras duras sobre las actividades de la Conferencia Episcopal alemana, ayudando así a los católicos a ver claramente los métodos y el deficiente fundamento teológico de la nueva iniciativa de dicha Conferencia. Sus declaraciones podrían también ser de ayuda en el contexto de discusiones más amplias dentro de la Iglesia desde que el Papa Francisco en 2015 se ha mostrado más permisivo con respecto a la admisión a la sagrada comunión de los protestantes casados con católicos.
El cardenal Brandmüller dijo primero que es importante discernir lo que queremos decir cuando hablamos de la 'Iglesia'. «¿Es ésta una empresa que quiere ayudar a hacer el mundo mejor? ¿Una ONG para ayudar a gente necesitada en sus vidas?». Respondiendo él mismo a estas preguntas, dice que «la Iglesia es una realidad» que no piensa en estos términos. «La Iglesia es la obra de Dios, es la forma visible en la que Cristo resucitado continúa su obra salvífica en el mundo». Después de definir la palabra 'Iglesia', el cardenal alemán también define las palabras «última cena» o «comunión»; algunos podrían pensar en una comida, en una recepción y algo más. Sin embargo, «Eucaristía, Comunión, en el sentido católico y en el ortodoxo significa algo completamente diferente». En este punto el cardenal nos recuerda la transustanciación del pan y del vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo. Es «la presencia real de Cristo en las formas visibles de pan y vino», explica.
Por lo tanto, la comunión en este sentido significa que «el hombre redimido se une íntimamente con Cristo presente en este misterio». Debido a esto, dice Brandmüller, es importante tener presente la advertencia de San Pablo de no comer ni beber el cuerpo y la sangre de Cristo para la propia condenación.«Es necesario recordar esto cuando se habla de una forma más relajada sobre la admisión a la comunión, caso por caso».
El cardenal Brandmüller deja claro lo que piensa del nuevo documento de los obispos alemanes que explica el nuevo enfoque de la admisión a la comunión de los cónyuges protestantes: «Si ahora el documento de los obispos alemanes habla sobre los casos individuales en los que esto puede ser posible, en realidad este hecho es en sí mismo un paso táctico hacia la intercomunión con los no-católicos». El cardenal alemán añade «uno puede también llamar a tal enfoque 'táctica salami'. Y: el goteo constante desgasta la piedra. Es un ardid completamente deshonesto, para conseguir su verdadero fin».
La Iglesia no es un autoservicio
El cardenal Brandmüller rechaza la declaración de los obispos alemanes de que los cónyuges protestantes deberían ser admitidos a la sagrada comunión debido a su «hambre eucarística». Él califica esta expresión como «un caso interpretado forzadamente» y que es «un escenario vergonzosamente melodramático» sí, simplemente «lloriqueo». Sigue diciendo que «un cristiano que verdaderamente desee la Sagrada Comunión y que sepa que no hay Eucaristía sin Iglesia y que no hay Iglesia sin Eucaristía, pedirá su admisión en la Iglesia Católica. Cualquier otra cosa sería dudosa y deshonesta». La Iglesia, añade, no es un «autoservicio» donde cada uno elige de acuerdo a su propio deseo. «¡Aquí es todo o nada!» exclama el cardenal.
Él también discute la referencia que hacen los obispos alemanes al código de derecho canónico 844 § 3 y 4 que habla de las situaciones de emergencia en las que un católico ortodoxo (§ 3) o un cristiano de otras denominaciones (§ 4) pueden recurrir a los sacramentos de la Iglesia, cuando hay peligro inminente de muerte o en una situación de encarcelamiento, y sólo en el caso de que el cristiano «esté bien dispuesto», lo que quiere decir «no estar en pecado mortal y tener un sincero y verdadero deseo de recibir el sacramento» según dice el cardenal. Él se pregunta otra vez por qué tal persona que «cumple dichas condiciones y que no está en una situación de emergencia, no pide simplemente ser admitido en la Iglesia».
(*) N.delT.: La táctica salami, también conocida como estrategia de rebanado de salami, es aquella estrategia política de connotación negativa que persigue la debilitación de un grupo mediante la infiltración en él de facciones opositoras, cuyas pugnas entre sí terminan por disolver el grupo, sin que el causante sea visto como culpable. Este término se acuñó apenas terminada la Segunda Guerra Mundial.
Traducido por Ana María Rodríguez para InfoCatólica
Publicado originalmente en One Peter Five