(Jesús Hinojosa/Diario Sur) El plan director elaborado por el Obispado para la Catedral de Málaga y en el que se plantean actuaciones no solo de conservación y restauración del monumento, sino también de finalización de su construcción, según quedó planificada en el siglo XVIII, también incluye una serie de cuestiones y propuestas para adecuar el edificio a su uso como lugar de culto y adaptarlo a las normas litúrgicas vigentes en la actualidad. De todas ellas, llama especialmente la atención la referencia que realiza al coro, que constituye uno de los elementos artísticos más singulares de la basílica, realizado en el siglo XVII y que engloba obras de Pedro de Mena y José Micael Alfaro.
En el plan director, redactado por los arquitectos Juan Manuel Sánchez La Chica y Gabriel Ruiz Cabrero y al que ha tenido acceso este periódico, se propone un proyecto denominado de «restauración del coro» cuyo objetivo debería ser analizar «cuidadosamente la contradicción que existe entre los valores de uso o funcionales y los de conservación patrimonial, a la luz de las soluciones y discusiones que hasta el presente se han acumulado sobre la cuestión». De este modo, el documento mete el dedo en la llaga de un asunto que ha suscitado bastante controversia en otras catedrales en las que la no utilización del coro para la función con la que fue creado –lugar de reunión de los canónigos para rezos y asambleas– ha deparado en polémicas intervenciones de desmantelamiento o traslado de la sillería que lo compone.
Resta visión
En el caso de Málaga, el plan propone abrir el debate sobre esa contradicción que supone el coro «entre el uso litúrgico de la Catedral y el uso obsoleto como lugar de reunión de los canónigos». «El coro ha dejado de cumplir muchas de las funciones para las que fue construido y las formas litúrgicas que en la actualidad cumplen los canónigos, que eran sus principales usuarios, han variado de manera radical. Para la liturgia contemporánea, la que reclamó el Concilio Vaticano II, no tiene uso y es, por el contrario, un obstáculo para la visibilidad del altar desde muchas zonas de la Catedral, lo que hace que ésta, a pesar de su longitud, se quede insuficiente; falta espacio para la liturgia y los fieles en las ocasiones más solemnes del templo y las más propias de su servicio», señala el plan director, que concluye que el coro de la Catedral de Málaga «es sustancialmente antifuncional» y «es su categoría artística lo que hace que permanezca donde fue construido».
«Deberán considerarse las condiciones específicas de la Catedral de Málaga y las soluciones alternativas que pudieran ofrecerse para, si ello fuera posible, resolver las contradicciones», añade el plan, en el que se reconoce expresamente que este proyecto de «restauración» del coro tendrá que someterse en todo caso a la aprobación de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, que es el organismo competente para autorizar el plan director.
En la propuesta de actuaciones se considera como «necesaria» y se llega a cuantificar en 200.000 euros con un plazo de desarrollo de dos años, entre tramitación y ejecución.
Por otra parte, dentro del ámbito del coro, el plan director promovido desde el Cabildo de la Catedral también se plantea un proyecto para el órgano de la nave sur del templo que actualmente está en desuso. Para este órgano apunta dos posibilidades: recuperarlo como réplica del que se utiliza y que, por sus características, solo puede emplearse para tocar música barroca o anterior a este periodo; o construir un nuevo órgano «capaz de responder al catálogo musical posterior al barroco». «Está opción presenta la dificultad de que exigiría un mueble y una posición nueva», admite el plan, que aboga por realizar un estudio respecto a esta intervención, que también llega a valorar en 200.000 euros y para la que calcula un plazo de desarrollo de un año y medio.