(InfoCatólica) Mons. Schneider asegura, en una carta presentada en español por Adelante en la Fe, que «al publicar un pedido de claridad en un asunto que concierne simultáneamente a la verdad y a la santidad de tres sacramentos, el matrimonio, la penitencia y la eucaristía, los cuatro cardenales sólo cumplieron con el deber básico como obispos y cardenales, que consiste en contribuir activamente para que la revelación transmitida por los apóstoles pueda ser preservada sagradamente e interpretada fielmente».
El obispo cree que «en nuestros días, la Iglesia entera debe reflexionar sobre el hecho de que el Espíritu Santo no ha inspirado en vano a San Pablo para que escriba en la carta a los Gálatas el incidente de su corrección pública a Pedro. Uno debe confiar que el papa Francisco aceptará esta súplica pública de los cuatro cardenales con el espíritu del Apóstol Pedro cuando San Pablo le ofreció una corrección fraterna por el bien de toda la Iglesia».
El prelado, tras recordar que «el papa Francisco realiza llamados frecuentes al diálogo abierto y sin miedo entre todos los miembros de la Iglesia en asuntos referidos a los bienes espirituales de las almas», manifiesta que «las reacciones extraordinariamente violentas e intolerantes de algunos obispos y cardenales contra la pacífica y cautelosa súplica de los cuatro cardenales provocan un gran asombro».
Según el obispo auxiliar de Saint Mary, «las reacciones negativas a la declaración pública de los cuatro cardenales se asemejan a la confusión doctrinal general durante la crisis arriana del siglo cuarto».
Tras hacer un repaso histórico de otras ocasiones en los que la Iglesia tuvo que enfrentar situaciones similares a la actual, Mons. Schneider afirma que «los cuatro cardenales con su voz profética demandando claridad doctrinal y pastoral tienen un gran mérito frente a sus propias conciencias, frente a la historia, y frente a innumerables fieles católicos sencillos de nuestros días, empujados hacia la periferia eclesial por su fidelidad a las enseñanzas de Jesucristo sobre la indisolubilidad del matrimonio. Pero por sobre todo, los cuatro cardenales tienen un mérito grande a los ojos de Jesucristo».