(Efe) El anuncio se produce después de que el arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, declarase el martes a la cadena pública irlandesa (RTE) que se sentía «incómodo» por las «acusaciones anónimas» vertidas a través de cartas y blogs contra un significativo número de seminaristas en el Colegio San Patricio de Maynooth.
Esas acusaciones, explicó, sostienen que existe una «cultura homosexual» en la que los estudiantes usan «una aplicación llamada Grindr» que, según el religioso, sirve para «concertar citas gay».
«Su uso no es solo inapropiado porque se están formando para convertirse en sacerdotes célibes, sino también porque una aplicación como esta promueve una sexualidad promiscua, que de ninguna manera sería la visión madura que se espera que tenga un sacerdote», dijo Martin.
En consecuencia, el arzobispo indicó que los nuevos estudiantes serán enviados al Colegio Pontificio Irlandés de Roma (Italia), mientras se aclara este asunto en el seminario de Maynooth, situado a 26 kilómetros de Dublín.
Fundado en 1795, el Colegio San Patricio llegó a ser el seminario más grande del mundo, en el que se formaba a hasta 500 estudiantes al año, si bien esa cifra ha ido cayendo en los últimos años hasta los 60 por la crisis de vocaciones.
Martin también reconoció que existen sospechas de que las autoridades del seminario se negaron a investigar las denuncias presentadas por los delatores, motivo por el que comenzaron a «circular todo tipo de acusaciones anónimas».
Aunque aseguró que «algunas han resultado ser ciertas», afirmó que, hasta la fecha, ha sido imposible establecer un «proceso investigador formal» porque el «material sigue siendo anónimo».
El arzobispo, máxima autoridad de la Iglesia católica en la República de Irlanda, reveló que ha recurrido a los servicios de un observador «independiente» para tratar de sacar de la clandestinidad a los denunciantes, pero sus esfuerzos solo han generado más acusaciones «anónimas».
«Una cultura de cartas anónimas es venenosa y hasta que esto se aclare prefiero enviar a mis estudiantes a otro centro», recalcó Martin, quien precisó que no ha ordenado a sus obispos, de momento, que sigan su ejemplo.
El prelado pidió a los responsables de Maynooth que adopten medidas para que los que quieran denunciar supuestas irregularidades puedan presentar «pruebas sólidas y concluyentes».
Asimismo, denunció la excesiva «comodidad» de que disfrutan los seminaristas en este centro de formación, donde se les sirve, lamentó, «el desayuno, la comida y la cena».