(Asia News / InfoCatólica) Los gobiernos provinciales «deben vigilar con atención y castigar a las parejas que violan la ley del hijo único, hasta que la nueva norma que permite tener dos hijos sea aprobada por la Asamblea nacional del pueblo». Así lo ha decretado la Comisión nacional para la salud y la planificación familiar en un documento enviado a las agencias locales.
El Pleno del Partido comunista anunció el pasado 29 de octubre la decisión de abolir, después de 36 años, la norma sobre la planificación familiar que habría provocado unos 400 millones de abortos. El gobierno aclaró que permitirá a cada pareja tener dos hijos, pero según los expertos la decisión llega demasiado tarde e igualmente contiene aún demasiadas restricciones.
La Comisión, que maneja miles de millones de dólares de dinero público, igualmente aclaró que hasta la ratificación «no debe cambiar nada». «Debemos mantener el orden de los nacimientos». Después de la vía libre de la Asamblea nacional del pueblo, cada provincia además deberá presentar una norma propia al estudio del Congreso del pueblo local, que la transformará en ley.
Entre los años 2013-2014 el gobierno «aligeró» la ley y permitió a algunas parejas (aquellas en la cual uno de los cónyuges es «hijo único por ley») el poder tener un segundo hijo. Sin embargo sobre 11 millones de parejas que entran dentro de esta clasificación o casuística, solamente 1,45 millones han pedido poder acceder al privilegio concedido. Y de los 20 millones de los neonatos esperados por Beijing para el 2014 nacieron solamente 16,9 millones.
Este equilibrio, explican los expertos, nace de decenios de influencia política contraria a la natalidad, del aumento del costo de la vida y de la dificultad de encontrar trabajos dignos con sueldos que permitan sostener a una familia numerosa. Hasta el punto de que la tasa de natalidad de China está detenida en 1,18 hijos por matrimonio, frente a la media mundial de 2,5.
La baja demográfica no incide solamente sobre la sociedad, ya sufriendo por la dificultad de formar parejas jóvenes dada la predilección de los padres por los hijos varones y por lo tanto el enorme número de abortos contra las niñas. Las peores consecuencias afectan a la economía nacional: la baja del número de trabajadores y el colapso del sistema jubilatorio, sostiene un analista anónimo, «son ya una realidad con la cual el gobierno debe hacer las cuentas».