(Fides) El prelado explicó que «las compañías petroleras han construido algún hospital sin médicos o equipos, y un estadio de fútbol en Doba, donde no hay ni siquiera un balón para jugar! Además de ser inicuo, el contrato de la explotación de petróleo está caducado! Se estudió para unos 300 pozos de petróleo. ¡Hoy hay dos mil activos!».
«Ahora más que nunca hay que continuar con el diálogo. La Iglesia está en Chad para esto también. La evangelización y la promoción humana van de la mano. Cuando una de las dos partes renuncia al diálogo, asume una actitud autorreferencial y dictatorial, es ahí donde surge el problema», dice el Obispo de Doba, Mons. Michele Russo, en una entrevista enviada a la Agencia Fides por el P. Alfonso M. Bruno, de los Franciscanos de la Inmaculada.
Mons. Russo ha regresado a Chad después de haber sido expulsado por el gobierno del país el 12 de octubre de 2012, después de que una de sus homilías, traducida al gambay, fuera retransmitida por una radio local.
Mons. Russo afirma que planea reunirse pronto con el Primer Ministro y el Ministro de Comunicación. «Quiero aclarar –subraya el Obispo– la cuestión de la traducción de mi homilía, retransmitida por la radio diocesana. Nuestra emisora, La Voix du paisano, dirigida de forma competente por los Franciscanos de la Inmaculada, ha recibido una advertencia formal, pero nunca ha sido suspendida por el gobierno, como algún medio de comunicación italiano ha declarado. El director es el P. Clemente Bonou, que no podía evaluar los matices de la lengua gambay, porque es de nacionalidad beninesa. El traductor seguramente hizo lo mejor que pudo, pero no entiendo por qué el ministerio de comunicaciones no ha pedido la grabación de mi sermón y sólo se ha basado en la traducción de un sacerdote de Chad».
«En este Año de la Fe –concluye Mons. Russo– estamos seguros de que con el trabajo de evangelización y moralización de la sociedad mediante la educación y el ejemplo de caridad, se puede elevar el conjunto del Chad, un país que amo, por el que estoy contento de darme a mí mismo, sin temor a ningún tipo de chantaje o represalia. Mi acción pastoral está en comunión con el resto del Episcopado para una obra pacífica y constructiva, donde la Iglesia Católica está en primera línea por el desarrollo y es apreciada incluso por los no cristianos».