(Fides) Los obispos afirman que están «indignados y conmocionados al ver cómo la guerra que comenzó hace unos meses en el este de la República Democrática del Congo se va a extender, causando un drama humano nuevo».
La ofensiva en el norte de Kivu por el grupo guerrillero M23, que culminó con la conquista de su capital, Goma, es criticada de la siguiente manera por los prelados africanos: «Miles de hombres, mujeres y niños, víctimas de la violencia de una guerra que les ha sido impuesta, están conmocionados y arrojados de nuevo en una miseria más profunda aún en Goma y sus alrededores. Están a merced del clima, el hambre, las violaciones y todo tipo de violencia, incluyendo el reclutamiento de niños. Se trata de una ofensa a la dignidad de estas personas como seres humanos e hijos de Dios».
Los obispos reafirman su convicción de que «nuestra era ya no es una época de guerras o conquistas de territorio, sino de cooperación», y denuncian «la explotación ilegal de los recursos naturales, que es la principal causa de esta guerra».
Por esta razón, los firmantes del documento piden a la ONU, a la Unión Africana, a la Unión Europea y a los gobiernos de la República Democrática del Congo y los países «implicados de alguna manera en la guerra», así como a las empresas multinacionales del sector de la minería, que encuentren «una solución justa y concertada, para poner fin definitivamente al sufrimiento de la población civil en el este de República Democrática del Congo, evitando arrojarlos en la desesperación y la violencia». Los Obispos por último lanzan un llamamiento a la solidaridad cristiana, especialmente a través de las redes de Caritas en el mundo.